RESEÑA: "Los libros que devoraron a mi padre" de A. Cruz


Los libros que devoraron a mi padre de Alfonso Cruz [Blackie Books]

SINOPSIS
¿Alguna vez te has metido tanto dentro de un libro que has desaparecido?

Vivaldo Bonfim se perdió dentro de sus libros favoritos. Ahora su hijo Elías tiene doce años y la llave de la biblioteca del ático: se meterá en todos esos libros fascinantes para encontrarlo. Descubrirá el amor, el miedo, el peligro y la magia de la lectura.

Una invitación a leer clásicos vibrantes, de Stevenson a Dostoievski. Un viaje repleto de giros y personajes inquietantes y mágicos. Un homenaje a la lectura como la mejor de las aventuras.


FICHA TÉCNICA:

Título: Los libros que devoraron a mi padre
Título original: Los libros que devoraron a mi padre
Autor: Afonso Cruz
Traductor: Nicolás Barbosa López
Editorial: Blackie Books
Temática: Suspense | Metaliteratura
Encuadernación: Cartoné
Número de páginas: 144
ISBN: 978-84-17552-27-5
Precio: 16,90€
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RESEÑA:


Estamos hechos de historias


Hacía ya unos meses que no me sumergía en una lectura de Blackie Books y lo echaba de menos. Esta novela llegó a mí podemos decir que casi por puro azar, pero desde que leí su título y su sinopsis supe que era altamente probable que lo disfrutara. Y así ha sido.

En Los libros que devoraron a mi padre, Afonso Cruz nos habla de Elías Bonfim, un niño de 12 años que perdió a su padre antes de nacer. Como hijo póstumo, no tuvo la oportunidad de conocerlo, por lo que todo lo que sabe de él es lo que le han contado su madre y su abuela. Hasta ese momento, Elías pensaba que su padre había muerto de un infarto. Al comienzo de este cuento (porque esta novela realmente es un cuento) su abuela le revela que su padre desapareció en sus lecturas, por lo que, de alguna manera, fue devorado por ellas. Además, le enseña la biblioteca que tenía su padre en el ático, donde hay montones de libros. Entonces, nuestro protagonista toma la siguiente decisión: buscar a su padre siguiendo su rastro en las lecturas en las que él se internó, sumergiéndose también en ellas
Mi padre amaba la literatura por encima de todas las cosas. Siempre ocultaba un libro debajo de modelos B, impresos de modificación de actividades y otros documentos de nombres ilustres, y leía con disimulo mientras fingía trabajar. No era un hábito muy admirable, pero la verdad era que mi padre solamente pensaba en los libros. Eso fue lo que mi abuela me contó, con sus pensamientos llenos de arrugas en la frente.
Nunca conocí a mi padre. Cuando nací, él ya no andaba en este mundo. (p. 6)
Esta metáfora (¿o no?) de introducirse en los libros me ha recordado mucho a Corazón de tinta, la novela que dio pie a una trilogía que marcó mi adolescencia y cuya premisa era precisamente la de un posible tránsito de seres literarios al mundo real y viceversa. Por lo tanto, te podrás imaginar lo que me ha gustado este detalle. ¿Te imaginas que pudiéramos hacerlo? ¿Meternos en las historias y hablar con nuestros personajes favoritos? 

El cariz metaliterario de Los libros que devoraron a mi padre no acaba aquí. Teniendo en cuenta que Elías va a buscar a su padre por las historias, como te puedes imaginar, Afonso Cruz aprovecha para hablarnos de unas cuantos clásicos, como Dr. Jeckil y Mr. Hyde y La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson, Crimen y castigo de Fiódor Dostoievski o Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Pero nos habla de ellos de forma amena, sin enredarse demasiado en su argumento, sino dando pequeñas pinceladas que nos animan a leer estas novelas (o releerlas).

Este carácter casi didáctico y de amor por los libros y las palabras también se observa cuando el autor aprovecha momentos de la historia para explicarnos el significado de algunas palabras específicamente relacionadas con la lengua y la literatura. Por ejemplo: «¿Qué es un eufemismo? Un eufemismo es cuando queremos decir algo a alguien que puede hacerle daño y, para evitarlo, usamos palabras menos hirientes» (p. 7) o «Se llama Hyde, ese lado que, en inglés, es homófono de escondido» (p. 52). Y mi favorito es este caso, en el que la explicación se integra en un diálogo entre personajes:
—[...] y por eso contrató a un señor que le leía, que pasaba las tardes leyéndole libros.
—Un anagnosta.
—¿Un qué?
—Un anagnosta.
—¿Y eso qué es?
—Es una persona que lee para otros. (p. 40)
Los libros que devoraron a mi padre está exquisitamente escrito, con un estilo sencillo, pero delicioso. A lo largo de sus páginas, Cruz nos deleita con frases preciosas como «Las estrellas son las almohadas del alma» (p. 24) o «Beatriz siempre estaba guapa, con una sonrisa escrita a mano» (p.49). Esta última me ha gustado particularmente por la elección de la expresión «escrita a mano», que de alguna manera defiende el valor de lo manual (¿quién no recuerda que antes de la imprenta los libros se escribían a mano?) frente a lo fabricado en serie, a través de un giro relacionado directamente con la escritura y, por tanto, con la literatura. Me ha parecido una manera muy original de explicar que una sonrisa es única, diferente y preciosa, a pesar de que pueda tener defectos por no estar trazada por una máquina, que siempre da en el clavo.

Otro punto fuerte de este cuento han sido las historias que cuenta Bombo, amigo de nuestro protagonista, sobre Lao Tsé, especialmente la que hace referencia a los lao tsés callados. Se trata de relatos independientes que me han recordado a los que aparecen en El corazón de la banshee de Raquel de la Morena y que, como en ese caso, son de lo mejorcito de la novela; una maravilla.

Además, en Los libros que devoraron a mi padre encontrarás reflexiones crudas, pero ciertas como puños:
—Me gusta Beatriz.
—¿Y a quién no?
—No lo sé. Ella también me parece una persona solitaria.
—Ay, Bombo, no digas disparates. Ella siempre está rodeada de gente.
—¿Y qué? Esa es la mejor manera de sentirse solo.
—Ay, Bombo, no digas disparates. . (p. 50)
Mi principal problema con este cuento ha sido la voz del narrador protagonista: al hablar, Elías no da la impresión de ser un niño de 12 años, sino alguien bastante mayor (justo al revés de lo que me pasó con la narradora de Cómo volé sobre el nido del cuco). De hecho, hay un momento en que un personaje lo trata de usted. ¿No te resulta raro que una persona, aunque sea un desconocido, hable a un niño de una manera tan formal hoy en día?

Por otra parte, el final de Los libros que devoraron a mi padre  me ha dejado un tanto desconcertada. Mientras leía, para mí, la historia iba en una dirección y en el último par de capítulos de pronto gira el viento y el autor opta por otro camino. Si has leído este cuento, me encantaría saber tu opinión al respecto (por favor, sin spoilers, para no chafarle la lectura a futuros lectores. Si quieres mencionar datos concretos, no dudes en escribirme un mail o mandarme un mensaje privado por cualquiera de las redes sociales del blog).

A pesar de estos pequeños fallitos que yo le he encontrado, se trata de un cuento muy tierno que destila amor por los libros en cada una de sus líneas:
Sí, la lectura tiene varios pisos. Gracias a mi abuela, supe que una tal Orígenes, por ejemplo, decía que existe una primera lectura, superficial, y otras más profundas, alegóricas. No me voy a extender en este punto; basta saber que un buen libro debe tener más de una piel, debe ser un edificio de varias plantas. En la literatura, una sola planta resulta insuficiente. Funciona para la construcción civil, es cómodo para quien odie subir escaleras, útil para quien no pueda subirlas, pero la literatura necesita pisos que se acumulen uno encima del otro. Escaleras y peldaños, letras por debajo, letras por encima. (p. 9)
Antes de finalizar la reseña, me gustaría hacer una pequeña reflexión sobre algo que me ha llamado la atención cuando leía y que ilustra el largo camino que aún nos queda por recorrer de cara a que mujeres y hombres (escritores en este caso, pero valdría para casi cualquier ámbito) tengan una presencia igualitaria en nuestras mentes. Hay un momento en el que Elías repasa una lista de escritores y resulta bastante notorio el bajo porcentaje de escritoras. Sí, obviamente en este caso se trata de autores que vivieron siglos ha y, por tanto, el número de varones y mujeres no era proporcional por cuestiones obvias. Eso está claro y es indiscutible. A pesar de todo, este mismo problema sigue estando presente hoy en día cuando, si nos preguntan por escritores, nos cuesta mencionar el mismo número de unas que de otros, cuando vemos que en las librerías predominan los otros a las unas o cuando simplemente vemos los fallos de certámenes literarios prestigiosos. Sobre esto precisamente escribió una entrada muy interesante Rafael de la Rosa, que aprovecho para recomendarte y cuyo enlace te dejo aquí.

Además, por aquí te dejo la imagen de la lista en cuestión para que encuentres a las escritoras y me dejes el porcentaje en los comentarios:

Lista de escritores en Los libros que devoraron a mi padre

En conclusión, Los libros que devoraron a mi padre de Afonso Cruz es un cuento metaliterario delicioso en el que, como lector, podrás redescubrir clásicos archiconocidos de mano de un niño de ¿12 años? que busca a su padre. Además, podrás aprender unas cuantas palabras y disfrutar con un estilo pulcro y cuidado. Si bien ha habido algunos detalles que no me han convencido, es una lectura que se devora (nunca mejor dicho) en un santiamén y que está particularmente indicada para los amantes de la literatura.


FE DE ERRATAS:

- En la página 7 aparece la siguiente oración: «Un eufemismo es cuando queremos decir algo a alguien que puede hacerle daño y, para evitarlo, usamos palabras menos hirientes» [La expresión es cuando es un anacoluto (como una incoherencia gramatica) bastante extendido que se da precisamente en los momentos en los que se quiere definir algo y no se hace referencia por ejemplo a la categoría de lo definido. Cuando tiene valor temporal, por lo que expresa tiempo. Por tanto, a la hora de definir, es más conveniente utilizar otras opciones como las que se detallan aquí. Otros ejemplos de anacolutos: *Yo me gusta cantar o *Un soneto es cuando tienes catorce versos endecasílabos].

- En la página 74 aparece el siguiente diálogo:
—[...] Como pensé que tal vez no lo había oído bien, repetí:Raskólnikov —dije con fuerza, como unas letras gruesas en una hoja blanca. Su padre, al oír el nombre por segunda vez, se dio la vuelta y se fue. Ni se despidió
[En este caso nos encontramos ante un pequeño problema de puntuación, debido a la complejidad de tratarse de un diálogo dentro de otro diálogo. Dado que el segundo párrafo está dicho por el mismo personaje que el primero harían falta unas comillas de cierre (en este caso indicarían continuación del soliloquio): ». Luego, haría falta una raya para diferenciar la descripción de la acción con un nueva intervención por parte del personaje. Quedaría así el fragmento:
—[...] Como pensé que tal vez no lo había oído bien, repetí:»Raskólnikov —dije con fuerza, como unas letras gruesas en una hoja blanca. Su padre, al oír el nombre por segunda vez, se dio la vuelta y se fue. Ni se despidió.].

¿Y tú?
¿Has leído este cuento? ¿Qué te ha parecido?
¿Qué les dirías a tus personajes favoritos si pudieras mantener una conversación con ellos?

22 comentarios:

  1. Hola! No conocía el libro pero la verdad es que parece interesante y original así que no lo descarto. Muchas gracias por la reseña.

    Un saludo!

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    1. Hola, Beatriz:

      Genial. Ya me contarás entonces qué te parece si lo lees al final ;) ¡Gracias por tu comentario!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  2. Me pasó igual que a ti...Al leer la sinopsis pensé en Corazón de tinta, que no he leído, pero he visto la peli muchas veces y siempre la disfruto.

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    1. Hola, María Angélica:

      Es que recuerda mucho, ¿verdad? Si no has leído la saga, te la recomiendo mucho, mucho. ¡Gracias por leerme!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  3. No termina de llamarme esta vez, así que lo dejo pasar.
    Besotes!!!

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    1. Hola, Margari:

      Ohh... vaya. Bueno, a ver si acierto más con la siguiente recomendación ;)

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  4. Pues a pesar de esos "peros", me encanta todo lo que transmite... Ademas no es muy largo, y ahora mismo es lo que necesito...
    Pero, ¿encuentra a su padre, finalmente? Jeje... Supongo que tendré que leerlo para a averiguarlo, no?

    Además, la metaliteratura siempre es bienvenida... :)
    Interesante propuesta la que nos ofreces hoy!! :)

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    1. Hola, Ana Belén:

      Pues sí, el trasfondo es precioso. Y, como dices, es cortito. A mí eso también me animó mucho a leerlo. Sobre tu pregunta, me temo que tendrás que leerlo para averiguarlo ;) (Veo que te has contestado tú sola jajaja)

      Ya te digo, la metaliteratura es GENIAL. Me alegro de que te haya llamado la atención esta novela. ¡Ya me contarás! Muchísimas gracias por volver por este rinconcito.

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  5. Que reseña más interesante,te felicito.Pero no entra dentro de mis intereses actualmente.Un saludo.

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    1. Hola, Gema:

      Vaya, ¡muchas gracias! Veo que esta vez no he acertado con la recomendación... a ver qué tal la próxima que haga. ¡Gracias por tu comentario!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  6. Pues le tenía muchas ganas a este libro, y conforme te leía me reafirmaba... hasta que has llegado a la parte de los "peros". Qué manía con poner niños narradores que parece que tienen 35 años hablando :S Lo leeré si tengo ocasión porque toda la parte metaliteraria me llama muchísimo, pero he moderado expectativas por si acaso :S

    ¡Besote!

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    1. Hola, MH:

      Uuuuyyy... mea culpa. Pero sí, te entiendo, a mí también es algo que me molesta y me ha dado mucha rabia que en este librito pase. Pero aún así, incluso a pesar de ese "pero" merece mucho la pena y se lee en nada. ¡Ya me contarás si finalmente lo lees! ^^ ¡Muchas gracias por volver por este rinconcito!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  7. hola Patt! un placer visitarte y ver una reseña magnifica, puede llegar a gustarnos mucho , lo veo interesante! gracias!! saludosbuhos, te espero de vuelta.

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    1. ¡Hola!

      Me alegro de que os haya llamado la atención. ¡Gracias por comentar!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  8. Lo he leído, sí. Me gustó sin grandes aspavientos, entretiene y tiene tirón.
    Besos

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    1. Hola, mientras leo:

      Pues entonces veo que coincidimos :) ¡Gracias por leerme y tu comentario!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  9. ¡Hola Patt! Pero qué entrada más completa te ha quedado. He de decir que no he empezado a leerla muy convencida de leer el libro porque parece ser infantil y ya sabes que no es lo mío, pero...
    - Hum, me gusta la idea, ¿pero se mete el niño realmente dentro de los libros?
    - Hum, lo que se hable de otros libros me parece regular, es difícil hacer un buen balance entre hacer propaganda y demostrar lo mucho que se ha leído que hablar de libros con pasión.
    - Lo de las palabras que se explican...Mira que esto tocaría gustarme, pero también me deja indecisa, porque si hay muchas palabras me resultaría demasiado evidente la intención didáctica y muy artificial :/
    - Wiii, algo positivo, me han gustado las frases y expresiones más poéticas.
    - Sobre las historias que se cuentan...me parece bien que te hayan gustado, también fue la mejor parte de Un monstruo viene a verme, pero ya es triste cuando eso es mejor que el libro en si.
    - Las reflexiones tampoco me convencen, me parecen demasiado directas y evidentes, me gustan más las sutilezas sin llegar al simbolismo.
    - Ay, qué mal que no parezca un niño de 12 años...I don't like it. "De hecho, hay un momento en que un personaje lo trata de usted." En Barcelona no existeix también pasa, que un señor de 80 años le habla a un niño de 9 de usted, pero en parte se justifica porque el libro es excesivamente listo y maduro.
    - "Sí, la lectura tiene varios pisos." Me ha gustado esta cita^^

    En fin, no me has dejado convencida, lo siento.

    Saludos de,
    una Laura quejica.

    PD: La palabra anagnosta no me gusta, parece un insulto y me recuerda a agnóstico.

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    1. ¡Hola, Laura!

      Sí, sí, por fin llego a responderte a este comentario. Madre mía, qué locura de semanas que llevo. ¿Cuándo dijiste que me ibas a regalar el giratiempo?

      1. Woooooo, ¿te he hecho cambiar tu opinión preconcebida? O.o
      2. Emmmm... ¿spoiler?
      3. La verdad es que en este caso no me ha parecido propaganda. No está mal integrado. Lo único... que el autor te suelta algún que otro spoiler... Pero claro, al ser libros que ya se consideran clásicos, pues como que se ha abierto la veda, ¿no?
      4. A mí lo de las palabras me ha gustado.
      5. No, sin duda lo del fallo de la voz narrativa es lo que menos me gustó. Respecto a lo de que pasa... pues a ver sí: mi profesora de biología nos hablaba de usted y nosotros a ella de tú, pero no me negarás que es raro...
      6. Es una cita guay.
      7. Sobre "anagnosta" pensé lo mismo que tú, querida Quejica.

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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    2. Ah, no, no, ¡el giratiempo es mío!
      3. Tema de debate xD

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    3. Cuando lo leas, debatimos ;)

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  10. alguien sabe en que tiempo se desarrolla el libro?

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    1. ¡Hola!

      La verdad es que creo recordar que no se especifica, pero mi sensación de cuando lo leí es que estaba basado en una época contamporánea. ¿Quizás finales del siglo XX, principios del XXI. Creo que no había referencias a smartphones o portátiles, aunque puede que me falle la memoria. Muchas gracias por pasarte.

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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