CRÍTICA TEATRAL: La alberca (Caroline Coope)

octubre 09, 2023
El teatro es un arte fascinante que reúne actores, técnicos y público en entornos de lo más variados. Hay obras de teatro con una gran producción que deja los espectadores con la boca abierta, otras son realmente minimalistas y necesitan de la imaginación del espectador para visualizar lo que no está, hay obras con actores profesionales y otras con actores amateur, etc. Hoy vuelvo a este rinconcito para hablar de la última que he visto: La alberca. Se trata de una obra de teatro escrita por Caroline Coope y representada en el modesto salón de actos de las antiguas escuelas de un pequeño pueblo de Ávila.

La Alberca es una obra cotidiana, sobre los problemas con el agua que tienen en una comunidad que utiliza por turnos la misma alberca para regar sus huertos. Por un lado tenemos a dos oriundos del pueblo que se conocen de toda la vida. Uno de ellos es el típico "listillo" al que no le gusta mucho compartir y recoge agua de la alberca cuando no le toca. El otro despotrica acerca del egoísmo del primero y no le gustan mucho los extranjeros. Por otro lado, tenemos a los foráneos: una joven que intenta hacerse un hueco en el pueblo (lo cual no es fácil) y apuesta por la agricultura ecológica y un ruso que ha instalado un regadío por gotero en su huerta. Este sistema de riego rompe con la tradición del riego por inundación que tienen en la zona. El extranjero defiende que su sistema es más eficiente en cuanto a la cantidad de agua se refiere, pero los hortelanos locales no están nada convencidos y creen que les roba el agua con su sistema de tuberías. El conflicto está servido.



Adicionalmente a los personajes mencionados tenemos otros que completan el elenco, como la mujer que regenta el bar del pueblo, la simpática mujer del ruso o los inspectores que acudirán a los huertos cuando se publique el bando que obligue a todos los vecinos a instalar regadíos en sus fincas y prohíban el riego por inundación. También me gustaría destacar la labor del técnico de luces y sonido, gracias al cual muchas escenas terminaron de coger forma.

Si bien no se trataba de una obra con actores profesionales ni el comportamiento del público fue el más ortodoxo que uno espera encontrar en una sala de teatro, lo que me encantó de La alberca fue ver su montaje modesto, pero resultón y las ganas y la ilusión de los actores. Ver cómo cambian los fondos pintados en telas en un panel, cómo un soporte de macetas puede convertirse en un tendedero o cómo un número musical algo desafinado se gana al público me dio mucha ternura y me recordó el poder didáctico del teatro y su capacidad de evadir al espectador al mismo tiempo. La alberca es una obra que nos recuerda que el agua es un bien escaso y que las rencillas prejuiciosas no ayudan una prosperidad general. Y también es un entretenimiento cultural que reúne a un pueblo para reír y pasar un buen rato.

Sinceramente, creo que es muy difícil que puedas llegar a ver un montaje de esta obra, pero no por ello quería perder la oportunidad de hablarte de ella y de iniciativas similares llevadas a cabo por ayuntamientos, asociaciones o grupos de estudiantes, como lo fue la famosa Barraca de Federico García Lorca. El teatro no siempre tiene que estar en las grandes salas y ser la delicia de los críticos que buscan lo elevado. El teatro puede ser del pueblo, de lo cotidiano. El teatro puede ser sencillo, amateur. Y no por eso perder su esencia. Hoy es 9 de octubre, decimoquinto aniversario de este rinconcito, y he pensado que hablar de La alberca es un digno homenaje a este recorrido bloguero con riego irregular, inestable, imperfecto, pero apasionado por hablar de teatro y de libros. Muchas gracias por leer hasta aquí.

¡Y que viva el teatro!

2 comentarios:

  1. ¡Hola, Patt! Cuando vi que habías publicado una entrada estaba que no me lo podía creer. ¿Volverás a publicar cosas por aquí?
    Sobre el teatro, con la mudanza G y yo habíamos abandonado nuestro propósito de ir una vez al mes, pero ahora que ya tenemos un poco más claro nuestros gustos, volveremos a intentarlo.
    1. "una obra cotidiana" Me da que no va a ser para mí.
    2. No sabía lo que era una "alberca".
    3. "ni el comportamiento del público fue el más ortodoxo" ¿Qué pasó?

    Un saludo de una Laura feliz por leer a Patt.

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    Respuestas
    1. ¡Buenas! ¿Esto no te lo esperabas, eh? Sí, esa lleva siendo la idea desde hace tiempo, pero últimamente siempre ocurre algo que me impide marcar una rutina. Pero tengo varias entradas a medias, esperando a salir del horno.

      1. Dramas de una señorita difícil
      2. Aprendiendo en Devoim
      3. Cosas tipo coger llamadas en medio del espectáculo y mantener una conversación.

      Me alegro de que te haya hecho ilusión leer esta entrada :)

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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