Lectura quincenal - Marzo 2017

marzo 26, 2017
Por petición popular, este mes te traigo una lectura quincenal muy especial. Se trata de un relato mío que debí escribir allá por el 2010 (por desgracia no tengo la fecha exacta ya que lo incluí en un archivo con varios relatos y no le puse fecha, por lo que la fecha del archivo de Word no me ayuda), así que lo debí de escribir con unos 17 años más o menos.

He escogido este relato porque ni me acordaba de haberlo escrito y el final implícito que tiene me ha impactado. Ha sido como leer el texto de otra persona. Espero que lo disfrutes.

Río Manzanares en Madrid

Una pequeña historia al lado del Manzanares

Patt

.
La veo pasar por mi lado a la misma hora que siempre, con su taconeo incesante y sin percatarse de que estoy aquí. Una vez más, me deleito con la belleza de esta mujer que acude, rauda, de vuelta a casa, río arriba. Tal vez más deprisa de lo habitual... Nunca se lo he preguntado, pero sé que ella no es feliz. Y, además, hoy en particular, se encuentra nerviosa por algo. Me lo dice su taconeo.

Cuando el Sol se pone definitivamente, ya no queda nada que indique que por aquí ha pasado esta mujer. Ni siquiera su perfume... El más delicado que he olido nunca.

Suspiro. Todas las tardes ocurre lo mismo, y yo puedo dar buena fe de ello, ya que vivo en las calles. Primero, los niños salen de la escuela alborotando. Después, las calles se llenan de coches y de humo. ¡Dichosa gente! Seguro que si alguien les pidiera que anduviesen durante media hora seguida se caerían al suelo del cansancio. Lo único que saben hacer es desplazarse en sus vehículos caros, contaminándolo todo. «Comodidades de la vida. Unos tienen más suerte, otros menos», me digo a mí mismo. Por último, antes de que anochezca, una vez que el ruido de los coches se extingue, esta bella mujer pasa delante de mí, sin dedicarme ni una mirada. Seguro que ni sabe que existo. De todas maneras, ¿qué soy yo para ella? Un mendigo pobre y desaliñado. Eso es todo.

Vuelvo a suspirar. Siempre ocurre lo mismo... Día tras día.

Cuando me dispongo a preparar el banco donde suelo dormir, a la orilla del Manzanares, algo altera la monotonía de mi día a día.

Susurros murmurados.

Pisadas amortiguadas.

Sonidos prácticamente imperceptibles para los oídos de esas personas que conviven con el ruido, la contaminación y la tecnología más avanzada. Pero no para mí. Desde mi banco, escucho, atento:

Tú irás por la puerta de atrás. Tú por delante, conmigo. Hoy no se mostrará tan gallita ni nos gritará ríe una voz, desagradable a más no poder–. Veamos lo altiva que se muestra ahora...

Las pisadas se alejan y, con ellas, los murmullos. Está claro que los dueños de esas voces son unos ladrones o algo por el estilo. Pero, ¿qué puedo hacer yo? Nada. Como mucho, podría hacer de testigo...

Entonces, algo me saca de mis pensamientos.

Ladridos.

Pero no cualquier tipo de ladridos, sino unos que nunca he podido olvidar: los ladridos del perro de la mujer hermosa. Es verdad, sólo los he oído una vez además de esta un día en el parque, mientras que yo hurgaba entre la basura de una papelera pero no había conseguido olvidarlos. Había tanta rabia en ellos...

Y hoy se repiten. Este perro quiere desgañitarse por algo, de eso no hay duda, pero no entiendo muy bien por qué... hasta que las piezas del puzle comienzan a encajar.

Nervios...

Ladrones...

Ladridos...

¡Un robo en la casa de la mujer hermosa! Me siento inquieto. ¿Por qué? No soy capaz de entenderlo. De pronto, tres disparos rompen la secuencia de ladridos. Un grito de terror rasga la noche.

Espero. Espero. Los segundos pasan. Los minutos también. Pero no hay duda: en la noche, corriente arriba, el perro ha dejado de ladrar. La Luna navega cielo raso tras las nubes. El agua del Manzanares ya es negra.


¿Qué te ha parecido esta lectura quincenal?
¿Te ha gustado leer algo mío?
¿Te gustaría seguir leyendo algún otro de mis relatos?

10 comentarios:

  1. ¡Hola! Wii, cómo influimos Omaira y yo en tus decisiones :P
    Por curiosidad, ¿y ahora sigue escribiendo?
    Sobre el texto:
    Me ha pasado lo mismo que el otro que leí (el de la guerra), me gusta la idea que quieres transmitir (que siempre dejamos las cosas para más adelante, que no nos atrevemos hasta que ya es tarde, la gente sin hogar que no puede hacer nada), la manera de contarla (un mendigo que no puede escapar de su situación), pero no la manera en que lo cuentas. El estilo es el acertado, pero le falta madurez. Por ejemplo, repites mucho la palabra mujer. O falta ambientación (yo no me había enterado de que la mujer vivía allí). O el personaje del perro que aparece por allí de la nada. ¿Y se oye el perro ladrar pero no a la mujer?

    Por otra parte, he de decir que me ha decepcionado por las expectativas. " el final implícito que tiene me ha impactado". No me puedes decir eso, no, a mí no me lo puedes decir. ¿Que no sabes que soy la experta en descubrir giros? Así que, me he planteado la lectura como un reto, y a medida que iba leyendo iba haciendo elucubraciones (mira qué culta soy, y esta vez, está bien escrita :P) y me he montado mi propia película. Durante un tiempo (ni que el relato durara una barbaridad), he pensado que el protagonista era un perro que la mujer había abandonado, por algunas peculiares expresiones, como lo de la gente, el buen oído, lo de "oler" a la mujer,..etc. Ya, estoy, loca, lo sé.

    Y...nada más por decir.

    Un saludo y espero que sigas escribiendo :)

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    1. Hola, Laura:

      Sí, sigo escribiendo, pero hace bastante que no escribo relatos. Por eso todos los que tengo son ya bastante antiguos, de cuando era más pequeña. Y lo que comentas de la madurez se nota, lógicamente.

      Lo de que el perro aparece de la nada me ha hecho gracia. Me acabo de imaginar al perro apareciendo así ¡pop! de la nada en el jardín XD Sin embargo, me has dejado confundida con lo de que no sabías que la mujer vivía allí... Hum... ¿ni siquiera con la frase: "¡Un robo en la casa de la mujer hermosa!"?

      Y ¡ay, las expectativas! No lo he hecho adrede. Es que lo he leído y, como era un relato antiguo, me ha sorprendido para bien la verdad (es que tú no sabes las cosas horribles que he llegado a escribir cuando era peque... pero bueno, esto de escribir es un oficio que se aprende con práctica así que no me preocupo). Pero mira, así te has puesto a hacer elucubraciones... ¡te he hecho pensar y darle vueltas a la narración! Me doy por satisfecha. Igual con esas ideas alocadas puedo hacer una segunda versión... Me lo pensaré...

      ¡Gracias por tus impresiones!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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    2. Huy, sí, sí, he entendido que era su casa, pero no hasta ese momento. En ningún momento el protagonista dice que la casa de la mujer está al lado, por lo que si oye a los ladrones entrar en su casa, realmente está casi debajo del portal mismo, y claro, yo pensaba que la veía cada día ir y volver del trabajo, por ejemplo. ;)

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    3. Hola, Laura:

      Ah... pues entonces bien porque creo que era mi intención al escribirlo XD Pero sí, entiendo tu confusión al pensar eso (aunque realmente podría estar perfectamente volviendo del trabajo).

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  2. ¡Hola!

    Wow, creo que nunca había leído ningún escrito tuyo pero me ha encantado, de verdad ^^ Espero que a día de hoy sigas escribiendo, aunque sea relatos como este, porque hay calidad literaria de la buena en tus palabras *-*

    ¡Besos!

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    1. Hola, Esther:

      Vaya, ¡me alegro de que te haya gustado tanto! Y sí, de momento sigo escribiendo, aunque no tanto como me gustaría por falta de tiempo. ¡Gracias por comentar!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  3. ¡Hola, Patt! ¡¡Qué vivan las peticiones populares (y más si Laura y yo tenemos algo que ver jajaj)!!
    Aunque el relato tenga sus años, me alegra que haya sido rescatado del olvido :)
    A ver, lo he leído, pero cuando he bajado a comentar, me te topado con el comentario de Laura y me acaba de dejar en blanco al decir que pensaba que el protagonista era un perro... Ehh.. nada, vamos a dejarlo y a volver a lo que iba.. xD
    Me ha parecido un relato de esos que puedes leer de modo fluida y sin que se te rompa la cabeza porque no se entienda.
    Personalmente, le he visto menos interpretaciones que al otro que leí. Me ha impactado la pasividad del protagonista sabiendo que iba a pasar algo, sé que la mayoría nos hubiéramos quedado un poco parados, pero aún así, teniendo esa fijación leve, me pareció ligeramente sorpresivo que no se moviera.
    Puestos a pensar, me ha llevado más a reflexionar sobre cómo a veces puede que seamos observados por gente y no darnos cuenta(no en plan maquiavélico, sino que nos ven diariamente). Y que se den cuenta de si estamos en un mal día o en un buen día.
    El final me pareció un poco brusco, pero triste.
    Sobre tus preguntas finales, yo sí quiero seguir leyendo cosas tuyas, creo que puedes deparar muchas sorpresas :D
    ¡Saludos! ;-)

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    1. Hola, Omaira:

      Es que Laura tiene unas ideas muy... peculiares. Pero bueno, dejémosla ser feliz.

      Me han gustado tus impresiones sobre la pasividad del mendigo y sobre el hecho de que nos observen (u observemos) a gente con la que nos solemos cruzar (yo de hecho, ya reconozco a algunas personas en el metro aunque, eso sí, nunca hemos hablado). ¡Gracias por tu opinión!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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    2. Y yo que me alegro ^^

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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