Padre e hija juntos en el escenario

febrero 03, 2014

Duet for One

Tom Kempinski

Dirección: Juan Pastor

Argumento:

Stephanie Abraham es una reconocida violonchelista casada con un director y compositor de fama mundial. Aquejada de esclerosis múltiple se ve obligada, en la cumbre de su carrera, a interrumpir su actividad musical para siempre. Empujada por su marido acude a un prestigioso psiquiatra para tratar una depresión profunda. Durante las sesiones, convertidas a veces en un verdadero “combate” con el psiquiatra, Stephanie transita por su tratamiento con el humor más sarcástico, el lirismo más conmovedor y las explosiones más coléricas, debido a su carácter de “artista temperamental”.

Poco a poco se irá enfrentando contra sus verdaderos fantasmas y el terrible sentimiento de pérdida guiada por el Dr. Feldman, empeñado durante el tratamiento en descubrirle otro mundo lleno de diferentes propósitos vitales que sustituyan a su pérdida irreparable. Pero los tratamientos utilizados hasta ahora para encontrar propósitos válidos, ¿sirven hoy en día, cuando descubrimos que vivimos en un universo cada vez más complejo para nuestras limitadas percepciones?

Esta obra comenzó sus andanzas a finales de septiembre del año pasado como celebración del 10º aniversario de existencia de la sala de teatro. Después de los problemas que ha tenido esta sala para seguir a flote, presentaron esta función como la que cerraría definitivamente la sala. Por tanto, tenía que ser una función especial, tan especial como que Juan Pastor cruza la línea y, no solo dirige, sino que actúa y no actúa solo, sino que lo hace con su hija.

Pero, como todos los montajes de la Guindalera, tiene gran éxito. Y lo que iba a terminar el 30 de noviembre, se prorroga hasta diciembre y hasta principios de enero y, después se mantiene los jueves y los viernes, de momento indefinidamente. Porque es una sala que, si ve una pequeña posibilidad de seguir, aguanta. Porque tiene una gran familia de espectadores fieles -entre los que se encuentra una servidora- que siguen acudiendo a sus montajes y la ayudan a seguir levantándose después de cada batacazo. Porque la familia Pastor vive el teatro. Como bien se expresó en un artículo publicado por El País allá por 2009, la Guindalera es, simple y llanamente, teatro puro.

Y esto nos lo demuestran en Duet for one una vez más.


En esta obra María Pastor debo decir que está especialmente brillante. Es una actriz que en las funciones de los últimos años ha pecado a veces de histriónica. Sin embargo, en esta obra nos demuestra que es capaz de moverse en multitud de registros: su Stephanie Abraham es irónica y callada, es mordaz y políticamente correcta, es despectiva y amable, es fría y sensible. Ante todo es una apasionada de la música. Para ella la música no es un trabajo, es su vida, es su oxígeno. No puede seguir adelante con su vida como el resto de la gente porque su vida es tocar y, como no puede hacerlo, su vida ya no tiene sentido.

María nos hace reír y llorar. Nos conmueve profundamente. Hasta confinada en una silla de ruedas es capaz de llenar todo el escenario. Después de haberla visto desde prácticamente el inicio de la sala, me atrevería a decir que es su mejor trabajo.

Por otro lado, Juan Pastor da vida al Dr. Feldman, un psiquiatra que trata de ayudar a Stephanie con su depresión para que consiga seguir adelante con su vida y encontrar otra manera de vivir la música o simplemente de vivir. El Dr. Feldman se nos presenta como una persona tranquila y paciente. Pero no es un trozo de piedra y la acritud de la violonchelista termina por hartarle hasta gritarle cuatro cosas bien dichas. Eso es lo que hace que Stephanie al fin admita que tiene un problema y se abra definitivamente a su psiquiatra, revelándole por qué no puede hacer lo que parece que todo el mundo le pide: seguir adelante.

Como ya comenté en la obra de Julio César, hay personas que saben muy bien hacer una cosa y que, por tanto, en vez e meterse en camisas de once varas, deberían seguir haciéndolo. Juan Pastor es un director maravilloso, sutil y genuino y nos lo vuelve a demostrar con creces en esta obra. Como actor está correcto -qué menos después de tantos años de carrera-, pero no tiene la capacidad de llenar el escenario como su hija. En los momentos de excitación, le falta voz. Sin embargo, el personaje del Dr. Feldman le va como anillo al dedo porque, al ser un personaje que se presenta tranquilo y afable durante casi toda la obra, le da la oportunidad de casi bordarlo. Sin embargo, comprendo el porqué del salto a las tablas: la celebración de los 10 años lo merecía.

En conclusión, si bien como conjunto, la obra -en términos de dramaturgia- no consigue superar a obras anteriores como Molly Sweeney o Traición, emocionalmente sí lo hace. Es una obra dura, pero estimulante que da pie a reflexionar sobre diversas cuestiones al finalizar es espectáculo. Y, en definitiva, nos ofrece el eslogan de la sala: "un gusto teatral". Por que ir a la Guindalera es un gusto. Siempre.

La puntuación del teatrómetro:

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¿Dónde y cuándo representan Duet for One?

En el teatro Guindalera, los jueves y viernes, de momento hasta el 28 de febrero.

! Para más información, pincha aquí

2 comentarios:

  1. ¡Hola! paso para decirte que te nominé en el Liebster Award http://unviajealuniverso.blogspot.com/2014/02/nominada-al-liebster-award.html
    Saludooos.

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    Respuestas
    1. ¡Hola, Katy!

      O____O

      ¡¡¡Gracias, gracias!!! ¡Muchísimas gracias por el premio! Me has dado el alegró del día, así tempranito por la mañana para ir con las pilas cargadas a tope el resto del día :D :D

      En cuanto pueda, escribiré una entrada sobre la nominación ^_^

      Un saludo imaginativo...

      Patt

      Eliminar

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