Engañándose a sí mismos

febrero 18, 2014
El señor de la guerra

Elizabeth Elliott



SINOPSIS
Tras regresar de Las Cruzadas y acceder al título de Baron de Montague, Kenric se ve obligado por mandato de su Rey a contraer matrimonio con Tess de Remmington. Tess huyendo de la cautividad que la ha mantenido bajo las manos de su padrastro durante años busca refugiarse en la apacible vida de un convento, mas por obligación real debe casarse con el terrible guerrero al que apodan el Carnicero de Gales, en honor a las atrocidades que se le asignan.

FICHA TÉCNICA:

Título: El señor de la guerra
Autor: Elizabeth Elliott
Editorial: Nefer
Formato: Tapa blanda
Número de páginas: 352
ISBN: 978-84-9352-621-4
Precio: 14,90 € (Descatalogado: en tiendas de segunda mano)

! Para más información, pincha aquí.

RESEÑA

Hace unas semanas acudí a una de estas librerías de segunda mano de todos los libros a 2,90€ (oferta que está muy bien por cierto) y encontré este libro que me llamó la atención. He leído algunos libros de novela romántica y la verdad es que lo dejé porque eran todos iguales, usaban las mismas expresiones, etc. Sin embargo, la portada de este me llamó mucho la atención. Como podéis ver al principio de la entrada, es preciosa. Y todos los demás libros de la editorial siguen la misma línea. Podéis curiosearlas en el link que os he dejado más arriba sobre información adicional.

Cuando estaba hojeando El señor de la guerra no pude evitar que el título que me recordase a la película de 1965 protagonizada por Charlton Heston. Y el caso es que, aunque no es el mismo argumento, sí que se dan un aire en el sentido de que un hombre tan temible, tan poderoso, tan letal como el caballero Chrysagon en la película o Kenric de Montague en el libro terminan subyugados por una muchacha que parece muy poca cosa.

Kenric de Montague es un guerrero que se ha ganado el sobrenombre de El Carnicero de Gales en las cruzadas. Su cuerpo está marcado por cicatrices y se caracteriza por tener una mirada feroz. No es de extrañar que Lady Tess de Remmington se sintiese aterrorizada por el hecho de tener que desposarse con semejante individuo. Aunque ella no lo sabe, desde el principio el lector sabe que Kenric se porta de manera especial con su esposa. Tess no quiere confiarse y, por eso, en diversas ocasiones trata de escaparse: viene de una casa (el castillo de Remmington) en la que la maltrataban y no quiere correr la misma suerte en el castillo de Montague. Kenric solo puede saber lo que siente su mujer a través de sus actos, por lo que también se siente reticente a entregarse a su mujer. Con estos malentendidos y falta de comunicación comienzan su relación Tess y Kenric, sin poder evitar enamorarse uno del otro.
La calidez de la cama lo adormeció y hizo seguir en ella unos pocos minutos más. Estiró sus piernas y sus brazos tanto como pudo y dio un enorme bostezo, preguntándose si Tess habría ido a las cocinas para preparar el desayuno. Seguro que me está preparando lo más suculento que haya en la cocina.
[...]
Su sangre se congeló cuando la vio agacharse hacia los arbustos. [...] Pretendía huir de él. Otra vez.
¡Mentirosa! El grito resonó en su mente mientras recordaba todas las palabras que le había susurrado durante esa noche. Cómo se debía haber reído de la estupidez de su esposo. Tenía que reconocer que se le daba muy bien representar un papel.
De todas formas, por muy terrorífico que sea Kenric, he sentido como que era muy redundante que cada dos frases, la autora insistiera en este dato, añadiendo que miraba a no sé quién con fiereza, o que hablaba en un tono amenazador, etc. Kenric es una persona muy seca y temible, sí, eso está claro, pero tampoco hace falta ponerlo seis veces por página.

Dos de los personajes secundarios más importantes de la novela son Fitz Alan y Helen de Montague. El primero de ellos es el segundo de Kenric y su mejor amigo, aunque nunca se diga en la novela. Las escenas en las que Fitz Alan se burla de Kenric por estar enamorándose tan obsesivamente de Tess son geniales. Fitz es mi personaje favorito porque, a pesar de ser un guerrero casi tan sanguinario en la guerra como Kenric, se le ve más humano, más cercano, más real. Además, admite sus sentimientos con muchísima más naturalidad. Es un gran amigo y está siempre al lado de su señor, tanto para darle consejo como para emborracharse con él si él lo necesita.
—Me odia —dijo convencido.
—Deberías tratar de seducir a tu esposa en vez de ordenarle que se meta en tu cama —sugirió Fitz Alan con un guiño de complicidad.
—Ten cuidado, amigo mío. No estoy de humor para burlas esta noche —Kenric alzó su jarra y miró amenazadoramente a Fitz Alan por encima del borde, pero su amigo hizo caso omiso de la advertencia.
—Quizás te venga bien alguna distracción para quitarte de la cabeza los problemas de con tu esposa. Hay muchas muchachas atractivas en Montague que estarían más que dispuestas a concederte sus favores.
—No quiero a ninguna otra mujer —murmuró Kenric, vaciando la jarra. Cogió el cántaro de cerveza y se sirvió otra ronda—. Solo quiero otra jarra de esta cerveza y dormir sin ser molestado hasta mañana.
Fitz Alan asintió comprensivo y continuó emborrachándose con su señor.
Helen de Montague es la hermana de Kenric, por parte de madre. Kenric es un bastardo del rey. Para ocultar el embarazo de su madre, la casaron con el Barón de Montague. Más tarde nacieron de ese matrimonio Helen y su hermano Guy. Al principio se cuenta que ambos hermanos odian a Kenric por quedarse con el título de Montague sin ser un hijo legítimo. Y sin embargo, esto parece cambiar a lo largo del libro... Lo cual me lleva al siguiente punto: en El señor de la guerra hay ciertas contradicciones que no me terminan de encajar, entre ellas la personalidad de Helen, quien comienza apartando por completo a Tess y que luego la quiere casi como a una hermana o que se enamora de Fitz Alan, pero al mismo tiempo lo utiliza para llevar a cabo sus planes como si no le tuviera ningún aprecio en absoluto. Sí, la verdad es que el personaje de Helen me ha desconcertado bastante.
—Bienvenido a casa, hermano. —El saludo de la mujer fue tan frío que Tess creyó que se formarían carámbanos en el aire.
—Buenas noches, Helen —respondió Kenric secamente. Tiró de Tessacercándola más a él y le presentó a su hermana.
—Estoy muy complacida de conoceros —dijo Tess con sinceridad. aquella mujer podría ser una aliada, alguien que la ayudara a escapar. Tomó las manos de Helen entre las suyas y le sonrió, con la esperanza de fundir algo del hielo que cristalizaba sus ojos—. Espero que seamos buenas amigas.
[...]
—Ya veremos —contestó, asintiendo altivamente.
En cuanto al estilo de la autora al escribir, como ya he mencionado en el caso de las descripciones de Kenric, se hace algo repetitivo, además de algo exagerado en algunas ocasiones, presentando a los personajes como criaturas de otro mundo: muy temibles, muy glaciales... No parecen tener emociones reales hasta el final del libro.

En conclusión, El señor de la guerra es un libro que, si sois aficionados a la literatura romántica, no os decepcionará, ya que habla de cómo dos polos opuestos se atraen sin remedio. Eso sí, no esperéis mucho realismo en lo que a las relaciones humanas se refiere. Se lee rápido y no te hace pensar demasiado, por lo que es una lectura ligerita que os puede relajar o complementar el estrés del día a día o que se puede hacer fácilmente un huequito en la falta de tiempo para leer que todos tenemos alguna vez.


PUNTUACIÓN DEL MAESTRO LIBRERO:

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CURIOSIDADES:

1.- En la página 244 hay un error: «Aquella manifestación de destreza propia de caballeros era innecesaria para el sitio de Remmington, y los soldados se limitaban a practicar con las armas utilizadas en la guerra». Ahí realmente debería decir "sitio de Montague", ya que, en ese momento del libro, se está presentando una justa en el castillo de Kenric en la que Roberto, un caballero italiano desea enfrentarse a Kenric para probar su valía y destreza contra un guerrero tan temible. A la hora de escribir, con tanto nombre, título y castillo, es normal que al final te bailen los nombres y, aunque tú sepas a lo que te refieres, pongas sin querer el nombre de otro lugar. Sin embargo, es uno de estos errores que según estás leyendo, por un instante te confunden. Si reeditan el libro, espero que se den cuenta y lo corrijan.

2.- En 2007, Nefer publicó la segunda parte de la saga Montague: EncadenadosEn esta segunda entrega, Elizabeth Elliott nos cuenta la historia de Guy de Montague, el hermano de  Kenric. Según una reseña que he encontrado en el el blog El rincón de la novela romántica, la novela pinta bastante bien y Guy parece una persona más real, más cercana, cuya descripción se acerca más a la que da la autora en El señor de la guerra a Fitz Alan.

Lamentablemente, actualmente también es un libro que está descatalogado. Eso sí, he encontrado una versión online en PDF por si estáis interesados. Para descargarla, haced click aquí.

¿Y vosotros? 
¿Habéis leído esta novela? 
¿Qué os ha parecido?

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