Lectura quincenal - Julio 2017

La lectura quincenal que te traigo hoy es el primer capítulo de una novela que me han recomendado hasta la saciedad: Celia en la revolución. La tengo ya pendiente en la estantería y tengo curiosidad por saber cómo Elena Fortún nos cuenta cómo fue la Guerra Civil española desde los ojos de una niña...

Celia en la revolución de Elena Fortún [Editorial Renacimiento]

Celia en la revolución

Elena Fortún

.

I
Segovia, 1936

El abuelito deja el periódico violentamente y suelta una palabrota. Teresina le mira con los ojos redondos de asombro y María Fuencisla, que come su sopita, hace un puchero con su boquita fruncida. 

—¡Abuelito, que has asustado a las nenas! 

—¡Más asustado estoy yo! ¿No sabes lo que pasa? ¿No?

—No, abuelito, no, no lo sé.

—Se ha sublevado la guarnición de África. 

—¡Ah, bueno! —digo tranquilizándome—. Eso ha ocurrido siempre. Sublevaciones, motines, revoluciones… La historia de España está llena de… 

Me callo al ver la indignación del abuelito, que se ha quitado las gafas para mirarme.

—Pero… ¿pero qué chanfainas de Historia os enseñan en esos Institutos de cuerno? ¿Es que te figuras que el pueblo da armas a sus soldados para que opine, y quite gobiernos, y ponga reyes, y ametralle al mismo pueblo? ¿Es que puede haber en las naciones un elemento armado con todas las armas de la nación para utilizarlas contra quien quiera? ¿Es que tú crees eso? ¿Lo crees? 

—Abuelito, yo…

—Es que si lo crees eres una estúpida o yo no sé lo que me digo —y deja caer el puño sobre la mesa y vuelta a las puñetas—. ¿Dónde vamos a parar, digo yo? 

El abuelo hacía temblar, con sus puñetazos, los platos y las copas. Teresina, muy colorada, le miraba con los ojos llenos de lágrimas, y María Fuencisla, sentada a la mesa en su silla alta, y a la que yo tenía que llevar la cucharada a la boca, volvía la carita y se negaba a seguir comiendo, mirando al abuelo asustada. 

—Pero abuelo, ¿no ves que asustas a las niñas? 

El abuelito coge su periódico y se encierra en su cuarto sin comer. Valeriana, que servía la mesa, puso en una bandeja el plato con la sopa, el pan y el vaso de agua y vino y, haciéndome gestos de disgusto, entró en el cuarto del abuelo. 

—Ahora, nosotras, a comer —dije a las nenas—. Vamos, María Fuencisla, otro poquito de sopa… 

—No quero —dijo rotundamente mi hermanita—. Abuelito pam, pam, pam —y daba sobre la mesa con el puñito cerrado. 

En el cuarto del abuelo se oían el vozarrón del abuelo y la voz plañidera de Valeriana; luego, ajetreo de sillas y ruido de cristales rotos. ¡El abuelito había tirado la bandeja al suelo! Por la noche no salió a la mesa, y al día siguiente, mientras yo bañaba a María Fuencisla, me dijo Valeriana: 

—Ha dicho tu abuelo que os bajéis al sótano a jugar, que está fresco. 

—¡Al sótano! Pero si está lleno de telarañas y trastajos… 

—No, nada de trastajos. Farruco le está dando un repaso y se va a quedar como un sol. Sobre todo, que no hay más que obedecer… Yo te bajaré el «siento» de paja y tus libros, too, y las muñecas de las niñas… Sabes —me dijo al oído —. Hay revueltas por toas partes… 

—¿Sí? ¿Qué pasa? 

—¡Vete a saber! En la Academia están encerraos y no quien salir… y unos dicen que pa arriba y otros dicen que pa abajo y que si patatín y que si patatán, y se tiran tiros con bala y too, y han matao a uno en el Azoguejo. Como no era fácil comprender nada con las explicaciones de Valeriana, decidí renunciar a saber lo que ocurría y bajé al sótano con mis hermanas. Teresina y María Fuencisla estaban encantadas con la novedad. 

—Y haremos comiditas, ¿verdad, Celia? Y luego me cortarás el vestido para la muñeca y yo lo coseré… 

—Y a mí tamén —decía María Fuencisla—. Y a mí tamén oto vetido para la muñeca… 

El sótano está en penumbra y con frescura de cántaro. Huele a barro mojado deliciosamente. ¡Si al menos mis hermanitas me dejaran concluir el festón del cuello que empecé ayer…! ¡Ah, sí, sí…! 

—Celia, que me enhebres la aguja…

—Y a mí, y a mí… 

—Así no, que se me sale el hilo… 

—Tamén a mí l’hilo… 

¡Vaya por Dios! Enhebro las agujas veinte veces. María Fuencisla se pincha un dedito: le sale una gota de sangre y chilla aterrada. 

—¡Qué no es nada, querida mía, que no es nada, lucero! 

Tengo que chuparle el dedito y decirle muchas veces: «Cura sana, culito de rana, si no curas hoy curarás mañana». Ella lo repite y acaba por quedarse dormida en mis brazos… «¡Ea, ea, qué gallina tan fea, cómo se sube al palo, cómo se balancea!». A mediodía, Valeriana nos trae la comida. 

—Pero ¿por qué no comemos en el comedor? ¿Está enfadado el abuelo? 

—No, no es por eso…, aunque mu reconcomio sí está…, y no quiere comer… Le he traído toos los periódicos que he encontrao y se los está tragando.

Teresina, aterrada: 

—¿Se los come? 

Valeriana continúa, sin oírla: 

—Es lo que yo digo. ¿Va a remediar algo de lo que está pasando?… Aunque se me figura que él cree que lo pué remediar… y pué ser que nos traiga más de un disgusto. 

Quiero que Valeriana me cuente sus temores mientras hago comer a las nenas y como yo, pero es inútil. Ni quiere contar ni sabe explicarse.

[...]

¿Qué te ha parecido esta lectura quincenal?
¿Te interesa leer sobre la Guerra Civil española desde el punto de vista de una niña?
¿Te animarías a seguir leyendo la historia habiendo leído solo este primer capítulo?

10 comentarios:

  1. Hola! me ha gustado el pedacito de libro que nos has dejado! No lo conocía de nada pero me he quedado con mas ganas de seguir leyéndolo. ya nos contaras que te parece! Un saludo y nos leemos! ♥

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    1. Hola, Nea:

      ¡Me alegro! Yo espero poder leerlo prontito para decirte qué me ha parecido. ¡Gracias por comentar!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  2. La Guerra Civil española siempre me resulta atractiva y no había oído hablar de este libro. Sin duda, lo voy a tener en cuenta. Gracias por compartir este capítulo.
    Un besin

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    1. Hola, Anuca:

      ¡Estupendo! Pues ya me contarás qué te parece si finalmente te animas a leerlo. ¡Gracias por pasarte!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  3. No pinta mal, estaré pendiente
    Besos

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    1. ¡Hola!

      ¡Genial! Ya te contaré, pues ^^

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  4. Hola,yo vi la serie de TvE y me gustó,y me gustaría leer el resto de libros q hay la verdad,y si me da curiosidad ver la visión q tenía la traviesa y ocurrente Celia de esa etapa de España.

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    1. Hola de nuevo, Gema:

      ¡Anda! ¿Hay serie de TV? No tenía ni idea. ¡Gracias por la información!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  5. Anda, no conocía el libro y hace tiempo que quiero leer algo sobre la guerra civil, pero no quiero un libro tocho descriptivo, así que esta parece una buena opción. Me llama mucho la atención, la verdad. La única pega es el tipo de lenguaje, cosas como "pué remediar" hacen que me duelan los ojos, aunque sea a propósito. ¿Tienes pensado leerlo pronto? Yo buscaré más información sobre él.

    Un saludo de,
    una Laura interesada.

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    1. Hola, Laura:

      Pues lo tengo esperando en la estantería. No sé cuándo lo leeré exactamente pero espero que pronto porque me lo han recomendado mucho, mucho. Suerte con tu investigación y ¡muchas gracias por pasarte!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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