CRÍTICA TEATRAL DOBLE: "Cuzco" y "Mauthausen"



Cuzco de Víctor Sánchez Rodríguez [Teatro Fernán Gómez]Dirección y dramaturgia: Víctor Sánchez Rodríguez
Argumento:

Una pareja viaja a Cuzco en un desesperado intento por salvar su relación. Durante el viaje, conocen a una serie de personajes que afectarán los propósitos de su travesía: una feliz pareja de españoles con los que compartirán itinerario desde Cuzco a Machu Picchu; una italiana preocupada únicamente por encontrar su felicidad; un viejo peruano y su hijo, exiliados en Argentina, inmersos en una suerte de viaje de redescubrimiento de su propia patria. Como telón de fondo, el pasado inca y colonial, el terrorismo de Sendero Luminoso, la pobreza andina, y el reflejo de una España herida de gravedad.

Lejos de unir a la esquilmada pareja, el viaje despertará las verdaderas necesidades de cada uno, su propia tragedia privada y personal, sus fantasmas. En definitiva, el viaje revelará la imposibilidad de soñar un mañana, el fracaso de la última oportunidad.

¿Merece la pena salvar algo muerto?


Esta obra me decidí a verla a raíz de una crítica que escribió Javier Vallejo. No sabía muy bien con qué me iba a encontrar, pero me fié y para el Teatro Fernán Gómez que me fui.

En Cuzco, Silvia Valero y Bruno Tamarit interpretan a una pareja española que se va de viaje a la ciudad peruana de Cuzco para intentar desconectar y salvar su relación. Ella no tiene ninguna gana de viaje. Él lo necesita desesperadamente.

Escena de Cuzco con Silvia Valero y Bruno TamaritCon una escenografía prácticamente desnuda (pero útil y muy presente en todo el montaje, a pesar de que no lo parezca en un principio) a cargo de Mireia Vila como marco espacial, los espectadores asistimos a un diálogo en el que la discusión, los reproches, el hartazgo y las pocas ganas de seguir luchando toman la delantera. El argumento (junto con el tono) lo agradecí en gran medida porque no hay tantas obras, películas o libros que traten sobre la madurez o el declive de una relación. Lo que suele verse más es el momento de enamoramiento.

Y, a pesar de que la trama me gustó, en esta breve crítica de lo que realmente te quiero hablar es de la reflexión que trajo esta obra para mí cuando me levanté de la butaca. Valero y Tamarit dan vida a dos personajes que me fascinaron por su complejidad y su gama de grises. Ninguno de los dos es perfecto, sino que tienen unos defectos bastante aplastantes. Y eso hace que te los creas a pies juntillas. Que veas perfectamente natural que no tengan un motivo concreto para querer o no seguir juntos. Que una relación no son matemáticas. Que a veces las personas, en un momento dado, no encajan.

Silvia Valero en Cuzco
© Teresa Juan
Además, las dos escenas finales de Cuzco traen cola. ¿Por qué esa elección por parte del dramaturgo? ¿Por qué darles esos dos momentos individuales? ¿Por qué el cambio de ambiente, de iluminación, de color? Esas preguntas te invitan a comentar la obra con tu(s) acompañante(s). Probablemente cada uno salgáis con una teoría diferente. Esta es una obra en la que es el espectador quien debe cerrarla. Sánchez Rodríguez te da las herramientas y tú decides cómo las decidirás emplear.

¡Ah! Y no quiero olvidarme de mencionar la fabulosa coreografía que, sin ser en absoluto explícita (es más, los actores ni si quiera se tocan), se convierte en una forma preciosa de describir una escena apasionada de sexo. Brillante.

En definitiva, Cuzco es una obra de teatro que te hará reflexionar sobre las incompatibilidades de una pareja que ha tocado fondo y que tiene que decidir si merece la pena seguir juntos o no. Nos habla de un momento que experimentan muchísimas personas a lo largo de su vida. Y todo desde un realismo crudo, pero precioso.


Valoración:

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¿Dónde y cuándo se representó Cuzco?

Esta función se representó en el Teatro Fernán Gómez de Madrid del 9 al 25 de noviembre de 2018.

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MAUTHAUSEN. La voz de mi abuelo de Pilar G. Almansa [Nave 73]

Texto y dirección: Pilar G. Almansa
Argumento:

MAUTHAUSEN. La voz de mi abuelo quiere transmitir el testimonio real de un protagonista de nuestra historia reciente, a partir de los recuerdos grabados directamente por él mismo antes de morir, a los que da vida Inma González, su propia nieta.

Manuel cuenta su huida de España tras la sublevación de Franco y el periplo que le llevó recorriendo Europa hasta el campo de concentración de Mauthausen, en el que estuvo desde 1940 hasta la liberación del mismo al final de la guerra por parte del ejército estadounidense.

Su huída a nado de La Línea de la Concepción a Gibraltar, su paso por el ejército republicano, la dura estancia en el campo de refugiados de Argelés (Francia), cómo fue apresado por el ejército nazi, su llegada a Mauthausen, el trabajo en las canteras, el campo de exterminio de Gusen, los partidos de fútbol, cómo sacaron los negativos de Francisco Boix del campo, la comida llena de gusanos, los piojos, el frío, el recuento, los andrajos, las muertes por agotamiento, las ejecuciones… Manuel relata con la calma y la sencillez del que ha presenciado la atrocidad. Sin alharacas. Sin dramatismos. Sin concesiones.

Pero, por encima de todo, MAUTHAUSEN. La voz de mi abuelo es un canto a la vida, a la fortaleza del ser humano, a la solidaridad y al humor como una estrategia, literalmente, de supervivencia.

El horror contado desde una voz individual


Bruma. Sonido de un tren. Es el sábado 30 de noviembre de 1940. Manuel Díaz Barranco (alias Manolito, el Lentejas) llega al campo de concentración de Mauthausen con apenas 19 años. Allí se encuentra con 25 barracas, en las que dos o tres personas compartían cada colchón. Y aprende el código de colores con los que los etiquetan los nazis: azul para los apátridas, verde para los asesinos, rojo para los presos políticos, amarillo para los judíos... Así sabían de un golpe de vista por qué estaba cada prisionero en el campo.

Inma Gónzalez de MauthausenCasi 300.000 personas murieron en Mauthausen. Manuel sobrevivió. Casi 60 años después, nos llega su historia de mano de la dramaturga Pilar G. Almansa y la actriz Inma González, que da vida al que fue su abuelo, protagonista de esta emocionante y terrible historia.

En MAUTHAUSEN. La voz de mi abuelo, Manuel (Inma González) nos cuenta con desparpajo y humor (porque sin ello no hubiera sido capaz de resistir esa experiencia) en qué consistía su día a día. Nos habla de cómo subía los 186 escalones de la cantera, arrastrando piedras. Nos habla de los truquitos que tenían él y otros presos para trabajar un poco menos y no morir desfallecidos. Del lema que tenían que ver a la entrada del campo: «"El trabajo os hará libres". Mentira cochina; el trabajo solo servía para matar». De cómo los nazis investigaban cómo matar a mucha gente de una manera limpia en el Castillo de Linz y cómo llegaron a decantarse por las cámaras de gas y los crematorios. De cómo los propios presos a los que se les daba «una mijita de poder» demostraban no ser muy diferentes a los nazis. De cómo no todos los nazis los trataban igual de mal. De cómo funcionaba la camaradería...

Pero sin duda, lo más bonito de MAUTHAUSEN. La voz de mi abuelo es el cariz humano que expele por todos sus poros. Se trata de una historia dura y cruenta contada desde la cotidianidad de un joven que solo quería vivir. Por ejemplo, Manuel nos habla de cómo se enamora de su mujer por una foto de carnet que le envían a otro preso y de cómo, a partir de ese momento, comienza a llamar a ese preso «su cuñao». Nos habla de los partidos de fútbol que jugaban en el campo que servía para dos propósitos: distraer a los nazis (que se aburrían cosa mala) y, lo más importante, como evasión de los presos. Estos detalles consiguen que, como espectador, te hagas un mapa mental de cómo era realmente el día a día de las personas que tuvieron que sufrir este horror: no todo era trabajo y muerte; allí, los presos intentaban recrear una normalidad en un lugar en el que a nadie se le ocurriría que eso fuera posible

Toda esta historia que llega al corazón y emociona está apoyada por una escenografía brillante que requiere de un trabajo imaginativo por parte del espectador. Así, los zapatos se convierten en compañeros de Manuel que están... y dejan de estar. La escalera, en un lugar incómodo para dormir y una herramienta para picar piedra. La alambrada también se ilumina... Un palo se convierte en un fusil. Inma González utiliza todo el espacio y todos los objetos a su disposición para contarnos la historia de su abuelo.

Yo acudía a ver esta obra el pasado mes de noviembre y acabo de enterarme de que la han ampliado. Por ello, te animo a verla. ¡No sabes cuánto! MAUTHAUSEN. La voz de mi abuelo es una joya que todo el mundo debería ver porque nos narra una historia ya contada mil veces (hasta explotada, diría yo) desde un punto de vista diferente: individual, cercano, humano, sin caricaturas, emocionante. Recomendada es poco.

Citas de la obra:

«Cuando uno está abajo, a veces ayuda, a veces huye y a veces mata y no sabe por qué. [...] La guerra es una cosa de mucho descontrol y poco pensar».

«La guerra es una cosa que sirva pa' muy poquita cosa. Como la guerra de España. ¿Para qué sirvió? Pa' dar vueltas y matar gente».

«Lo que me da rabia de to' esto es que se usa esto pa' odiar a gente toda la vida, o peor: para hacer que otra gente odie. Vaya... ¡qué casualidad que esos siempre son los que nunca han vivido esto!».

«Yo en Mauthausen me salvé porque tuve suerte, porque aguanté y porque lo que pasó allí alguien lo tenía que contar».


Valoración:

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¿Dónde y cuándo se representa MAUTHAUSEN. La voz de mi abuelo?

Esta función se representa en la sala de teatro alternativo Nave 73 los días 2, 9, 16, 23 y 30 de diciembre de 2018 a las 19 horas.

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14 comentarios:

  1. hola,
    pues no tengo previsto pasar por Madrid en breve, pero me apunto la obra por si se vuelve itinerante y visita mi ciudad

    Besotesssssssss

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    1. Hola, Serena:

      ¡Genial! La disfrutarás muchísimo. Es una maravilla. ¡Gracias por tu comentario!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  2. hola! tu entrada es magistral, no solo para nosotras que en Argentina no la conocemos obviamente sino con las imagenes que nos llevas de punta a punta percibiendo los miles de detalles, esa puesta en escena es fantastica!! gracias por compartirla y felicitaciones por el trabajo, abrazosbuhos.

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    1. Hola, Búhos:

      ¡Qué bueno que os haya gustado tanto la entrada! Y sí, la puesta en escena de esta obra es estupenda. Y hablando de Argentina... precisamente la próxima obra de la que hablaré es de "Campo minado", un montaje de Lola Arias en el que colabora Argentina y Reino Unido sobre la guerra de las Malvinas. ¿La habéis visto o Habéis oído hablar de ella?

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  3. Hola! No conocía ninguna de las obras pero tienen muy buena pinta. Ojalá pudiera ir a verlas.

    Un saludo!

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    1. Hola, Beatriz:

      A ver si hay suerte y alguna de ellas gira por tu ciudad ^^ ¡Gracias por volver por aquí!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  4. Qué buena pinta tienen las dos! Aunque por temática me llama más la segunda. Ojalá llegarán por aquí para poder verlas.
    Besotes!!!

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    1. Hola, Margari:

      Sí, sí. Llevo una racha estupenda de teatro y estas dos son de lo mejor que he visto últimamente (aunque aún me queda otra de la que hablar...). ¡Ojalá giren por donde vives tú! Mil gracias por tu comentario.

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  5. ¡Hola, Patt! ^^

    Bueno, bueno, bueno, ¡qué de cositas! :) Empezando por "Cuzco", debo decir que me ha gustado mucho tu reflexión de que las relaciones no son matemáticas. Supongo que cada persona vive de una manera muy diferente a la contraria (o las contrarias, según el tipo de relación) una ruptura, pero es un hecho que, muchas veces, ni siquiera existe un motivo real. Quiero decir, está el problema del desgaste o esa monotonía que pasa a cegar las emociones que antes experimentabas con muchísima fuerza. Así las cosas, me alegro de que te gustara tanto la obra y que pudieses reflexionar sobre qué les pasó a los protagonistas ^^
    Sobre la segunda obra... Uf. Me ha llamado mucho la atención, aunque ya con ese nudo en el estómago, el que te avisa de que va a ser una historia que rompe. Me parece muy tierno que quisiera contar la historia de su abuelo. Me recuerda a aquel hilo que compartiste, el de que hay que dar voz a todas las historias. Chapó, sí, sí :) Nada, Patt, que me he quedado con la curiosidad, pero también con el miedito. Eso sí, me alegro muchísimo de que te gustara incluso más que "Cuzco" :)
    Como siempre, una entrada muy amena ^^
    ¡Un besazo muy pero que muy grande y que pases un maravilloso fin de semana, guapísima! ^^

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    1. Hola, Carme:

      Justamente eso es lo que más me gustó de "Cuzco", que te hace reflexionar sobre que las cosas no son blancas o negras. Y la otra obra... ¡es una maravilla! Yo creo que te gustaría mucho porque, a pesar de su crudeza, es muy tierna. ¡Muchas gracias por volver por aquí!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  6. Qué envidia, no sabes las ganas que tengo yo de ir al teatro...
    Besos

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    1. Hola, mientras leo:

      ¡Pues venga! ¡Que en la de Mauthaussen hay una butaca que lleva tu nombre! Es una maravilla ^^ ¡Gracias por comentar!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  7. ¡Hola! ¿Cómo va?
    A ver, sobre Cuzco: no me llama, la verdad. El tema que trata es interesante pero...demasiada reflexión para mí, lo veo muy intimista. Eso sí, tengo una pregunta: ¿sólo hay dos actores? Por la sinopsis pensaba que había más...
    Sobre Mauthausen: no sé. Ya sabes que me gusta mucho el tema pero...no temrino de ver claro cómo sería la obra de teatro. Como documental sí lo veo, pero como obra...no sé, no sé. Pero vaya, a ti te ha encantado, so...

    Un saludo teatral,
    Laura.

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    1. Hola, Laura:

      Efectivamente, la de "Cuzco" era intimista. Y sí, solo había dos actores. Se hace referencia a más personas, pero no "salen" como tal.
      Y la de Mauthausen es una auténtica pasada. Es cierto que, explicado igual no se termina de visualizar; por eso hay que ir a ver la obra. Porque funciona y muy bien. Recomendadísima.
      ¡Gracias por comentar!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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