Efecto Shinkansen o cómo relanzar el Teatro Guindalera

Si eres asiduo/a de este rinconcito literario y teatral, sabrás que hace un año se cerró la sala de teatro de Madrid por la que más cariño siento: el Teatro Guindalera. Triste e indignada por los motivos que les llevaron al cierre, escribí esta entrada.

Cuál fue mi sorpresa cuando hace unas semanas recibí en mi bandeja de entrada un correo del teatro informando a los espectadores que ¡Guindalera volvía! Eso sí, con un lavado de cara y un nuevo eslogan. A partir de ahora, se llamará Espacio Guindalera, degustación artística. ¿Por qué? Porque, para subsistir, María Pastor (que toma el relevo y se encargará desde ahora del espacio) ha decidido darle una vuelta de tuerca a la sala y no solo presentar teatro, sino dar cabida a muchas más artes: pintura, música, etc.

Espacio Guindalera. Degustación Artística

Y para comenzar esta nueva etapa, la familia Pastor nos ha preparado un regalo muy especial a todos aquellos espectadores que quedamos desolados por el cierre de la sala: Efecto Shinkansen, un viaje por los montajes que pudimos ver representados en la sala. No están todos, pero es una amplia recopilación. El hilo conductor es un tanto filosófico: María Pastor habla con la voz de su padre, Juan Pastor, intentando descubrir qué la ha hecho despertar después de tanto tiempo y por qué algo le impulsa a atravesar la cortina que aparece en el escenario, que no es más que una metáfora de una nueva etapa.

Durante la obra tomé notas, como suelo hacer cuando vengo a traerte una nueva crítica teatral. Sin embargo, cuando me puse a escribir no me sentí capaz de "criticar" nada. Justamente ayer uno de mis antiguos profesores, actualmente escritor y dramaturgo, Fernando J. López, lanzaba una reflexión en twitter sobre puntuar las obras, películas y demás y ponía en serias dudas la "objetividad" de los medios a la hora de valorar. Si bien está claro que cuando valoramos una obra (del tipo que sea), por mucho que tiremos de nuestros conocimientos sobre el tema, no dejamos de ser subjetivos a la hora de decir si nos ha gustado o no, en esta ocasión no me veo capaz de ser teóricamente "objetiva" por lo mucho que implica este montaje y me limitaré a hablarte sobre él, desde mi profundo amor a esta sala y a todas las personas que la sacan adelante.


Efecto Shinkansen [Espacio Guindalera]

Dramaturgia y dirección: Juan Pastor
Argumento:

El efecto Shinkansen es un modo de gestionar las crisis personales y de empresas o colectivos, y consiste en llevar a cabo una auténtica transformación.

Una actriz sueña que se levanta de su cama porque una llamada muy fuerte le pide que vaya allí, donde nace un sonido extraño. Pero antes de llegar al “sitio” cruza por un espacio singular que despierta en ella una serie de recuerdos vividos por los que vuelve a transitar . Quiere comprobar si lo que vuelve a vivir sucedió o es algo simplemente imaginado, mientras se pregunta: ¿Es real o estoy soñando lo que me sucede? Todo puede suceder, todo es posible y probable. No existe el tiempo ni el espacio tal y como lo concebimos. Sobre una base extraña de realidad la imaginación de la actriz salta hacia distintas experiencias ya vividas. La actriz, se transforma, se multiplica, pero una conciencia gobierna su aparente caos, la del sujeto que sueña y que acepta las leyes oníricas. Un sonido, un mueble, un objeto, algo que se filtra por los sentidos y que entretiene su deseo de acudir a la llamada, despierta un torrente de imágenes y sensaciones que le llevan a la actriz a volver a revivir. A veces lo revivido genera a su vez una asociación que despierta la siguiente “revivencia”…

Nunca sabemos cuán altos somos hasta que nos levantamos



Volver al Teatro Guindalera (ay, sí, sé que ha cambiado de nombre, pero dame unos meses para acostumbrarme por favor) ha sido algo muy emocionante. Volver a cruzar sus puertas verdes que dan a la calle, atravesar el hall al aire libre, cruzar otra puerta verde tras subir una pequeña rampa y llegar a la mesita donde Teresa Valentín Gamazo, uno de los pilares más importantes del teatro, vendía las entradas. Ver de reojo las puertas de la sala, con sus ojos redondos de cristal que observan... ¡Ay, ya solo eso era emocionante!

La decoración ha cambiado. Ya no se ven los cuadros con los carteles de todos los montajes que se han hecho entre ese espacio. Ahora las paredes están engalanadas por una exposición de pintura de Javier Pastor, que rinde tributo al poeta Miguel Hernández (uno de mis poetas favoritos, por cierto). Es extraño: el espacio es el mismo, pero al mismo tiempo no lo es. Corren nuevos tiempos... Se nota.

Los creadores de La Guindalera: la familia Pastor
De izquierda a derecha:
Teresa Valentín Gamazo, Juan Pastor y María Pastor
Teresa me presenta a uno de los nuevos encargados del espacio que tomará el relevo junto a María Pastor (si estás leyendo esto, lo siento, no recuerdo tu nombre, fueron demasiadas emociones, ¡pero la próxima vez lo haré! Palabra. De momento, tomaré ejemplo de mis queridas matemáticas: si no sabes cómo llamarlo, llámalo X). Resulta que X es un antiguo alumno de María. Esto es lo bonito de Guindalera: todo queda en familia y ese amor se nota.

El bar que hay al lado del teatro ahora lo regenta otro antiguo alumno de María y se ha asociado con la sala, así que... ¡ahora el teatro cuenta con café! En ese momento no puedo evitar sentir un deja vu sobre la Sala Cuarta Pared, otro centro de creación teatral de Madrid altamente recomendable.

Llega el momento de entrar. X nos corta las entradas y no puedo evitar acordarme de Manuel Benito, dramaturgo que estuvo ligado a Guindalera durante muchísimos años. Quiso la casualidad que justo hoy me lo encontrara en el Teatro Lara en la función Malas hierbas (muy recomendable también). ¿Qué cosas tiene la vida, verdad?

Me siento en primera fila, como siempre (o casi siempre). Hay costumbres que no hay que perderlas. El escenario está lleno de cosas: a la izquierda hay una cama en la que está tumbada María Pastor, durmiendo; a su derecha hay multitud de objetos tapados por sábanas negras (distingo un baúl, un perchero y una silla); a la derecha, al fondo, una gran cortina blanco-azulada semi-transparente.

La obra comienza y María se despierta. No sabe muy bien donde está ni qué quiere. La voz de su padre se oye por los altavoces, como si de la voz de un dios se tratase. "¿María? ¿Adónde vas?", pregunta. "Algo me ha llamado", dice ella. Algo la impulsa hacia la cortina, pero no sabe qué es. Ella está segura que tras esa pieza de tela vaporosa se encuentra algo maravilloso. "Cómo sabes que hay cosas hermosas si no lo ves?", pregunta Juan Pastor.

El pasado y el futuro de Guindalera dialogan en Efecto Shinkansen. El presente es un limbo oscuro lleno de recuerdos. ¿Recuerdos o sueños? A través de las voces de los personajes que ha interpretado a lo largo de estos 14 años, María Pastor nos cuenta lo que siente, lo que quiere... a lo que aspira.

Molly Sweeney [Teatro Guindalera]
De Molly Sweeney es el primer fragmento que nos interpreta. Con ese suéter de punto, mi mente retrocede hasta 2008, cuando salí realmente emocionada de la sala. Esta obra cambió totalmente mi manera de ver a los invidentes. "¡Espléndido! ¡Has aprobado los colores!. Eres una inteligente señorita [...] Eres mi anemófila", le dice el padre de Molly a su hija ciega cuando ella acierta de qué colores son las flores que hay en su jardín.

Tras Fuga Mundi (2016) y Tres hermanas (2015) le llega el turno a una de las obras más potentes que se representaron en esta sala: Duet for one (2013), una obra que se inspiró en Jacqueline Du Pré,  quien se considera como la mejor chelista de la historia, y que murió muy joven aquejada de esclerosis múltiple en la cima de su carrera musical. La fuerza que imprime María Pastor a este personaje nos transmite un claro paralelismo entre las luchas que ambas están llevando a cabo para seguir adelante: "Y luché contra él, cada palmo del camino, cada insulto. [...] Hice lo que quise, ¡fui lo que quise! [...] Yo escalé pendientes que no existían ¡y que yo construí!"

En torno a La Gaviota [Teatro Guindalera]
Atravesamos otros montajes como La larga cena de Navidad (2004 y años sucesivos), El juego de Yalta (2007), Odio a Hamlet (2012) o La Bella de Amherst (2014), que me vino a la mente hace poco y de la cual es la cita que da título a este artículo..., hasta que llegamos a En torno a la gaviota (2005). Esta adaptación de la obra de Chéjov fue la culpable de que mi padre me llevara por primera vez a este teatro. Era una obra compleja que, probablemente, a esa tierna edad, casi ni llegara a comprender. Recuerdo el abriguito rojo que llevaba María y un tiro atronador. Y el impacto que supuso para mí esa función. Esa función supuso un antes y un después para mí. Me hizo enamorarme del teatro, de María, de la sala, de sus creadores... Esa función implicó tantas cosas... Y con esa función, casualmente, se cierra el recorrido de Efecto Shinkansen por las obras de Guindalera. Para mí, como puedes comprender, fue como el cierre de un círculo. Obviamente, la elección de esta obra para el final no tuvo nada que ver conmigo, ¿pero acaso no es bonito ver cómo las casualidades se van juntando? El monólogo elegido de esta obra es toda una declaración de intenciones: "Yo soy una gaviota. No. Yo soy una actriz. [...] Lo importante no es la fama, sino saber resistir".

Puede que, debido a la complejidad de la idea del montaje, de la dificultad actoral que supone pasar de un personaje a otro en tiempo récord, del tiempo alejada de las tablas..., Efecto Shinkansen no sea el mejor montaje de Guindalera (sí, sí, al final mi vena crítica ha conseguido traspasar la puerta). Pero, como empezaba diciendo en esta entrada, en esta ocasión no se trata de eso. Si fuiste un espectador asiduo de la sala, tienes que ir a verla. Sí o sí. No hay excusas. Te emocionará. Te traerá muchos recuerdos sobre las horas que pasaste sentado en esas butacas verdes. Y, si no lo fuiste, y conoces esta sala gracias a esta entrada... no importa: ve. Gracias a esta función conseguirás atisbar todo lo que se gestó en esta sala de creación teatral y te animará a seguirla en esta nueva etapa.

Puro teatro en La Guindalera [El País]

Este recorte de periódico lleva colgado en mi armario desde 2009 (año en que se publicó el artículo). Amarillea y los pegotes de Bu-Tack han hecho mella en el papel, pero creo que representa todo lo que la Guindalera lleva defendiendo desde su creación y, por ello, no me gustaría terminar esta entrada sin reivindicarlo. ¡Ah! Y, mira lo que son las casualidades de la vida: va firmado por una mujer que comparte nombre conmigo. Curioso, ¿verdad? Puedes leer el artículo más cómodamente aquí.


¿Dónde y cuándo se representa Efecto Shinkansen?

Esta función se representa actualmente en Espacio Guindalera, en Madrid, desde el 24 de noviembre hasta el 17 de diciembre de 2017 en el siguiente horario: 
  • Viernes, sábados y domingos - 20:00 h.

ESPECIAL NAVIDAD: Teatro + cava y buffet en el Backstage-Jardín (reservas hasta el 20 de diciembre). Funciones:
  • 26, 27, 28, 29 y 30 diciembre - 20:00 h.
! Para más información, pincha aquí.

6 comentarios:

  1. entonces son fragmentos, es decir que puedo buscar Molly Sweeney porque me ha llamado mucho la atención tu percepción, como dices, y el cambio. Vaya, que voy a investigar ya mismo
    En cuanto al sitio, iré, ando mirando fechas
    Besos

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    1. Hola, mientras leo:

      Exacto: son fragmentos de obras que se han representado en esa sala, unidos por un hilo conductor. ¡Ay, qué bien! ¡Ya me contarás!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  2. Hola Patt!
    Vaya, sabía que te gustaba el teatro, pero esta entrada...Has dado rienda suelta completamente a tu pasión, mira que he leído entradas tuyas sobre teatro, pero hasta ahora no había leído ninguna tan sentimental. No sabía que este teatro significara tanto para ti, y más que una reseña de la función, nos has dado un paseo por tus sentimientos y emociones, por tus recuerdos.
    No es una obra que me apetezca ver, la verdad, la veo más enfocada a gente como tú, que ha acudido a diversas representaciones de este teatro, la veo una obra muy nostálgica. Pero vaya, que me alegro mucho de que puedas volver a disfrutar de acudir a este teatro.

    Un saludo,
    Laura.

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    1. Hola, Laura:

      Ay, Laura, es que esta entrada no es una entrada sobre teatro más. Es LA entrada. Y sí, precisamente esa era la idea: me alegro de que se perciba así. Si te fijas, en ningún sitio pone "crítica teatral". Y una vez más, sí: esta es una función especialmente dedicada a los espectadores de Guindalera. ¿Puede verla alguien nuevo? ¡Por supuesto! Pero no sentirá lo mismo. ¡Gracias por tu comentario!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  3. No sabía que se había reabierto la Guindalera. En los últimos años, era una de mis visitas obligadas cuando visitaba Madrid. La última vez fui a ver "Molly Sweeney" y me quedé prendada del trabajo de María Pastor y Raúl Fernández. Me encantará volver...
    Besos.

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    1. Hola, Mara:

      Como tú, le está pasando a muchísima gente, aunque poquito a poco la noticia se está dando a conocer. "Molly Sweeney" fue una auténtica delicia de montaje. Creo que, sin desmerecer a los otros, uno de los mejores que se han hecho en esta sala. ¡Espero que puedas volver pronto! Ah... ¡y bienvenida a Devoim!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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