Lectura quincenal - Diciembre 2017

La lectura quincenal que te traigo hoy son las primeras páginas de uno de los libros que Alianza Editorial ha reeditado con motivo del Centenario de Emily Brönte. Se trata de Agnes Grey, una de las obras de Anne Brönte, la hermana Brönte que menos repercusión ha tenido. La verdad es que yo no pretendía leerlo (por el momento), pero la casualidad quiso que este libro cayera en mis manos por un error fortuito por parte de la editorial (teóricamente iba a recibir Jane Eyre de Charlotte Brönte, libro que estoy leyendo actualmente y del que te hablaré próximamente). Sin embargo, el destino debía saber que este libro me iba a gustar porque en cuanto leí su sinopsis y sus primeras páginas supe que sería de mis próximas lecturas. Por eso, aprovecho para agradecer desde aquí a Alianza el error que tuvieron con el envío y su generosidad al permitirme conservar ambos ejemplares.

Y siguiendo con las anécdotas... hace unos días Beleth publicó en su blog una entrada en la que hablaba de estas ediciones. Las fotografías que publicó me encantaron y las difundí en este tweet. La cuestión es que Raquel de la Morena, co-autora de La maldición de Trefoil House, comentó ese tweet y me dio una idea para la encuesta semanal que suelo hacer en esa red social. Y por aquí te dejo los resultados de qué novela (de las cuatro que ha reeditado Alianza) pretenden leer primero los lectores.

Dentro primeras páginas...

Agnes Grey de Emily Brönte [Alianza Editorial]

Agnes Grey


Anne Brontë

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I. La rectoría

En todas las historias verdaderas hay enseñanzas, aunque puede que en algunas nos cueste encontrar el tesoro, o cuando lo encontramos es en cantidad tan exigua que el fruto tan seco y marchito apenas compensa el esfuerzo de romper la cáscara. Si este es el caso de mi historia, no soy competente para juzgarlo; a veces creo que puede resultar útil para algunos y entretenida para otros, pero que la juzgue el mundo: protegida por mi oscuridad y por el transcurso de los años, no tengo miedo de arriesgarme y expondré cándidamente ante el público cosas que no revelaría al amigo más íntimo. 

Mi padre era un clérigo en el norte de Inglaterra, que se ganó el respeto de todos los que lo conocían, y en sus años de juventud vivió holgadamente de los emolumentos combinados de una pequeña prebenda y unos bienes propios. Mi madre, que se casó con él en contra de los deseos de los suyos, era la hija de un hacendado y una mujer de carácter. En vano le dijeron que, si se convertía en la esposa del pobre rector, debía renunciar a tener carruaje propio y doncella personal y todos los lujos y finuras que eran para ella algo menos que lo esencial de la vida. Un carruaje y una doncella personal eran grandes comodidades; pero, gracias a Dios, ella tenía pies para caminar y manos para atender a sus propias necesidades. No eran desdeñables una casa elegante y un amplio jardín, pero ella preferiría vivir en una casucha con Richard Grey que en un palacio con cualquier otro hombre del mundo.

Viendo que sus argumentos no surtían ningún efecto, su padre finalmente dijo a los enamorados que se casaran si querían, pero que si lo hacían, su hija perdería cada penique de su fortuna. Confiaba en que esto enfriaría el entusiasmo de la pareja; pero se equivocaba. Mi padre conocía de sobra lo mucho que valía mi madre, hasta el punto de darse cuenta de que era una fortuna valiosa por sí misma; y si ella consentía en adornar su humilde hogar, él estaría encantado de aceptarla bajo cualquier concepto. Ella, por su parte, prefería trabajar con sus propias manos que separarse del hombre al que amaba, cuya felicidad le encantaría procurar y que ya se fundía con ella en corazón y alma. De modo que su fortuna fue a engrosar la dote de una hermana más sensata, que se había casado con un ricachón, mientras que ella acabó enterrándose en la sencilla rectoría aldeana, para sorpresa y pesadumbre de todos aquellos que la conocían. Y sin embargo, a pesar de todo esto, y a pesar del fuerte carácter de mi madre y los caprichos de mi padre, creo que no se encontraría una pareja más feliz aunque se buscase por toda Inglaterra.

De seis hijos, mi hermana Mary y yo fuimos las únicas que sobrevivimos a los peligros de la infancia y la adolescencia. Al ser yo cinco o seis años más joven, siempre se me consideraba la niña, la mimada de la familia; padre, madre y hermana se ponían de acuerdo para consentirme todo, no con una necia indulgencia que me hiciera díscola e indisciplinada, sino con una incesante amabilidad que me hizo desvalida y dependiente, inepta para soportar los golpes de las preocupaciones y tribulaciones de la vida.

A Mary y a mí nos educaron en el más absoluto aislamiento. Mi madre, que era una mujer a la vez de muchos talentos, bien educada y trabajadora, se hizo cargo ella sola de nuestra educación, con excepción del latín, que se encargaba de enseñarnos mi padre, de modo que ni siquiera íbamos al colegio; y como no había gente de nuestro rango en los alrededores, nuestro único contacto con el mundo consistía en una solemne merienda con los más importantes agricultores y comerciantes de la zona de vez en cuando, para evitar que nos tildaran de demasiado orgullosos para asociarnos con nuestros vecinos, y una visita anual a casa de nuestro abuelo paterno, donde las únicas personas que veíamos eran este, nuestra querida abuela, una tía soltera y dos o tres damas y caballeros mayores. A veces nos entretenía nuestra madre con historias y anécdotas de su juventud, las cuales, aunque nos divertían muchísimo, frecuentemente despertaban, por lo menos en , un vago deseo secreto de ver algo más del mundo.

Yo pensaba que ella había debido de ser muy feliz; pero nunca parecía echar de menos el pasado. Sin embargo, mi padre, cuyo temperamento no era tranquilo ni alegre por naturaleza, a menudo se angustiaba pensando en los sacrificios que había hecho por él su querida esposa y se devanaba los sesos ideando un sinfín de proyectos para aumentar su pequeña fortuna, por ella y por nosotras. Mi madre le aseguraba en vano que estaba totalmente satisfecha, y que si ahorraba un poco para las hijas, tendríamos todos más que suficiente, ahora y en el futuro. Pero ahorrar no era el fuerte de mi padre; no contraía deudas (por lo menos mi madre cuidaba mucho de que no lo hiciese), pero cuando tenía dinero, tenía que gastarlo; le gustaba tener comodidad en la casa y ver a su esposa y a sus hijas bien vestidas y bien atendidas; además, era de disposición caritativa y le gustaba dar a los pobres según sus posibilidades o, pensaban algunos, por encima de ellas.

Finalmente, sin embargo, un amigo le sugirió un medio de duplicar su renta personal de un solo golpe; y de aumentarlo en adelante hasta una cantidad incalculable. Su amigo era comerciante, un hombre de espíritu emprendedor e inequívoco talento, que estaba algo limitado en sus actividades mercantiles por falta de capital, pero ofrecía generosamente a mi padre darle la parte alícuota de sus beneficios si se decidía a confiarle todo lo que se podía permitir, y pensaba que le podía prometer sin exagerar que, fuera cual fuese la suma que se dignaba poner en sus manos, le rendiría el ciento por ciento. Este vendió enseguida su pequeño patrimonio y el precio total fue encomendado en manos del comerciante amigo, que inmediatamente se puso a embarcar su cargamento y prepararse para el viaje.

[...]
! Para consultar la ficha de este libro, pincha aquí.

No me digas que no se queda la historia interesante para saber cómo sigue... Es una pena que, por puro desconocimiento, no nos animemos a leer ciertas obras cuando nos podemos llevar una grata sorpresa. En fin... ¡yo le pondré remedio pronto!

¿Qué te ha parecido esta lectura quincenal?
¿Has leído algo de las hermanas Brönte?
¿Te animarías a seguir leyendo este libro habiendo leído estas líneas?

20 comentarios:

  1. Hola hola!
    No he leído nunca nada de las hermanas Brönte, pero espero hacerlo pronto. He leído las primeras páginas que has puesto y me ha dejado con la miel en los labios :P

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    1. Hola, Carla:

      ¡Esa era la intención! Ahora... no te quedará más remedio que seguir leyendo... ;) ¡Gracias por tu comentario!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  2. Hola! No tiene mala pinta, me llama la atención :)

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    1. ¡Cuánto me alegro, Marian!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  3. ¡Hola!

    Que portada tan preciosa ^^
    Ya nos contarás tu opinión, no está mal pero la verdad es que a mí me dejó un poquito indiferente, tampoco me transmitió mucho.

    ¡besos!

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    1. Hola, Irene:

      ¿Verdad? Las cuatro ediciones son una chulada. ¡Vaya! Qué pena que no te llegara tanto la novela. Ya te contaré mis impresiones... ¡Gracias por pasarte!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  4. Hola!
    Son unas ediciones preciosas. Yo ya tengo todas las novelas de las autoras pero si Alianza se animara y publicara todas en esta nueva reedición creo que me las compraría.
    Espero que disfrutes un montón del libro es muy interesante sobre todo porque la historia de la protagonista está basada en lo que la propia Anne vivió como institutriz.
    Un beso ^-^

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    1. Hola, Silvia:

      ¡Desde luego que sí! ¡Muchísimas gracias por tus buenos deseos! Yo también espero que me guste mucho. ¡Gracias por comentar!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  5. Hola!!
    La verdad que tiene buena pinta.
    Un besin :)

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    1. Hola, Estefanía:

      ¡Sí que la tiene! ¿Te animarías a leerla?

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  6. Hola Patt,

    Bueno... por partes...
    Jane Eyre... mi favorito de todos (por cierto, lo descubrí gracias a Beleth que es una gran fan de dicho libro).
    Después vendría Cumbres Borrascosas... buah!! Qué vorágine de emociones tan intensas...
    Y por último Agnes Grey que se diferencia de las demás por esa falta de "pasión" o "intensidad", pero sí exalta los sentimientos nobles y me acuerdo que dejó un buen sabor de boca y unas sensaciones muy agradables!!!

    Disfrútalo mucho...
    PD: este fin de semana he leído Invierno de Viena... una delicia!!! Quiero hacer una reseña pero creo que me va a costar... a ver qué me sale!! ;)

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    1. Hola, Ana Belén:

      "Cumbre borrascosas" lo tengo pendiente y creo que lo leeré en enero porque ¡ha salido como LC en Folloner@s Club! Ya te contaré...

      Un saludo imaginativo...

      Patt

      PD: ¡Qué bien! ¡Estaré atenta a la reseña!

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  7. ¡Hola, Patt! ^^

    Sí, sí, dos entradas seguidas :D A ver si poquito a poco puedo ir poniéndome al día :)
    Este libro se lo regalé a mi madre por Sant Jordi o Día del Libro hará ahora un par de años. Lo cierto es que el argumento me llamó mucho la atención y, como le pirran los clásicos, pensé que era una apuesta segura. Acerté. Es de sus libros favoritos de las hermanas Brontë, aunque su favorito es Jane Eyre :)
    ¡Qué portada más requetebonita! *.* Me alegro muchísimo de que te dejaran quedarte ambos ejemplares y... sí, no puedo estar más de acuerdo contigo. Nos perdemos libros geniales por puro desconocimiento, lo cual es muy triste.
    Espero leer el libro el año que viene, aunque primero voy a tener que acabar algún que otro tocho... Tú ya me entiendes... *cof* *cof*
    ¡Un besazo muy pero que muy grande y feliz lunes, guapísima! ^^

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    1. Hola, Carme:

      (Patt aplaude con fervor) ¡Qué ilusión volverte a ver por aquí! ¡Te echaba de menos!

      Uy, pues si le gustó a tu madre, seguro que a mí me encanta porque estoy viendo que tenemos gustos literarios similares... La portada es genialosa y me alegro de que Alianza haya hecho esta apuesta para acercar estas novelas a los lectores desde otro enfoque. ¡Gracias por tu comentario!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

      PD: ¡Ánimo con el tocho! (Y con la tos)

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    2. Pues sí, ponte ya con el tocho, que estamos en 2018 ¬¬

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  8. (Que se publique el comentario, que se publique, que se publique)

    Jajaja ¡Hola, Patt! Ya te había comentado que no sé que pasa con tu blog y mis comentarios, así que tomaré la precaución de copiar el mensaje en notas por si acaso no se publica.

    En fin, me alegra mucho que te animes a leerlo y te haga tanta ilusión, ciertamente me han gustado las primeras páginas, pero no es un libro que quiera leer próximamente, no sé, creo que no me siento preparada para ello. Lo haré en su momento, cuando crea que sea capaz de disfrutarlo y no de leerlo por obligación, porque cuando se hace de esa forma no se disfruta.

    Así que venga, disfrútalo y luego háblanos de él.

    ¡Abrazos, nos leemos!

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    1. Hola, Mary:

      ¡Se publicó! ¡Vaya que sí! Ay, no sé qué decirte con lo de los comentarios... ¡Es una faena cuando pasa! Me parece buena idea lo de copiar. Yo suelo seleccionarlo entero y hacer Ctrl+c antes de darle a publicar por si las moscas. Así, si sucede el desastre, haces Ctrl+v y ¡ta-chán! Aparece el comentario de nuevo.

      Ya te contaré qué me parece el libro y si creo que podría gustarte. ¡Gracias por todos tus esfuerzos por dejarme un comentario!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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  9. Hola Patt! Pues es verdad, esta obra creo que es la menos conocida, a mí en un principio no me llamaba la atención, pero me ha picado la curiosidad, he leído el fragmento y...no sé, me ha gustado. No te diré que sí, porque tampoco no es mi estilo, pero la narración me ha gustado, así que tampoco te diré que no. Lo pensaré.

    Saludos de,
    una Laura dubitativa.

    PD: Pobrecita Describiendo Mundos, es horrible cuando pasa eso...

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    1. Hola, Laura:

      Sí, Anne Brönte es la hermana cuya obra menos se conoce. ¡Y a mí me pasó igual! Pero empecé a leer... y se hizo la magia. Ya te contaré qué tal. Por cierto, ¡felicidades! ¡Ya casi estás al día! (Aplausos y reverencias). ¡Gracias por ser una constante de este espacio!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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    2. Oh, sí, estoy muy feliz, ya termino de ponerme al día. Voy por el 17 de diciembre, como ves :P

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