¿La verdad o la felicidad de la ignorancia? [CRÍTICA TEATRAL]


Nada que perder

QY Bazo, Juanma Romer y Javier G. Yagüe

Dirección de escena: Javier G. Yagüe

Argumento:

Nada que perder es una obra para los que aún se preguntan cosas. Para los que no han tirado la toalla, para los que no miran para otro lado, para los que no cierran los ojos, para los que insisten en preguntar y repreguntar, para los que quieren saber.

El 3 de diciembre de 2015, Javier Vallejo publicó su crítica sobre esta reseña y la cerró diciendo que "no hay nada en la cartelera madrileña ni parecido a esta función" (Aquí podéis leer todo el artículo). Después de leer semejante afirmación, necesitaba comprobar si era cierto o no, de modo que allí acudí casi a punto de que la quitaran de cartel.


Al entrar a la sala y sentarnos, el escenario, ocupado por una mesa, dos sillas y bolsas de basura al fondo y a los lados, nos comienza a revelar qué vamos a encontrar durante la función: diálogos entre dos personajes sobre la "basura" que les rodea en la actualidad. ¿Conclusión cierta? Veamos...

Nada que perder nos presenta ocho escenas y un epílogo en los que tres actores se van intercambiando los papeles de manera que, en cada escena, haya dos personajes sobre los que vaya la acción y un tercero que haga las veces de narrador omnisciente que habla al espectador y va lanzando preguntas al aire. Preguntas que es el propio espectador quien debe responder.

Hay quien piensa que la suma de las verdades subjetivas constituyen una verdad objetiva y se podría decir que esto es lo que ocurre en esta obra. En cada escena vemos representados a distintos miembros de nuestra sociedad con sus respectivos conflictos: un profesor de filosofía que ya no sabe si seguir creyendo en ella, el hijo de éste que se ha ido por el mal camino, un policía que investiga un caso de corrupción, una funcionaria que prefiere no saber nada, un abogado que tiene que defender lo indefendible, una empresaria que necesita salir victoriosa de un juicio, la hija de dicha empresaria que se ve mezclada en un escándalo sin comerlo ni beberlo, una madre y un hijo a los que están a punto de desahuciar, un hombre que debe acosar a los morosos para que paguen porque si no su jefe le despide, un político corrupto que ya no sabe cómo salir de la espiral en la que se ha metido, la madre de dicho político que solo quiere que su hijo salga adelante, un psiquiatra, un asesino....

Nada que perder nos radiografía la sociedad actual con todos los problemas que estamos viviendo de una manera crítica, sí, pero al mismo tiempo empática, mostrándonos las motivaciones de cada personaje para hacer lo que hizo o lo que va a hacer. Una radiografía que tienen que leer los espectadores como si de médicos se tratara; son los espectadores los que deben sacar sus propias conclusiones. ¿Hay que denunciar a una persona corrupta? ¿Y si esa persona fuera tu madre? ¿Hay que ser honesto siempre? ¿Pero y si te regalaran un viaje por no serlo de vez en cuando? ¿Hay que acosar a una persona que no puede pagar la hipoteca? ¿Pero y si de ello dependiera pagar tus propias facturas?

No todo es blanco o negro y me parece interesante que por un momento nos paremos todos a pensar, dejando a un lado nuestras ideologías. ¿Todos los políticos son malos? ¿Todos los desahuciados son buenos? ¿Todos los funcionarios son inútiles? ¿Todos los inocentones verdaderamente lo son? Cada persona ha tomado unas decisiones en su vida que le traerán consecuencias, positivas y negativas. Y creo que el valor de esta obra es precisamente este: nos predispone a dejar todos nuestros prejuicios de lado y detenernos un momento a reflexionar. Porque igual la culpa de lo que nos pasa no siempre es de los demás, igual nosotros también hemos tenido algo que ver.

Javier Vallejo vaticinó en su crítica que Nada que perder merecía estar en cartel al menos un año y medio. Teniendo en cuenta que se estrenó a finales de noviembre de 2015 y que iba a durar apenas un mes en cartel, que más tarde ampliaron ese plazo hasta mayo de 2016 y que, próximamente volverá en septiembre y, en principio, se quedará hasta finales de octubre, parece que Vallejo, muy desencaminado, no iba.

Valoración:

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¿Dónde y cuándo se representa Nada que perder?

La temporada acaba de terminar, pero esta obra volverá al teatro Cuarta Pared el 1 de septiembre. Y estará en cartel hasta el 29 de octubre 2016. De miércoles a sábado a las 21h.

! Para más información, pincha aquí

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por la crítica, la tendré en cuenta :)
    Un beso

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  2. Hola!!
    Pues en cuanto pueda iré a verla porque por lo que cuentas me parece maravillosa.
    Gracias por la recomendación!
    Un beso!

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