¡Sí, sí, sí! ¡Sí, sí!

julio 10, 2012

Mejorcita de lo mío 

Pilar Gómez y Fernando Soto

(dirigida por Fernando Soto)

Mejorcita de lo mío es un vuelo sin motor, un recorrido personal por aquellos momentos de la vida que de alguna manera nos dejan marcas, para bien o para mal. La eterna pregunta “¿quién soy yo?” planea sobre el escenario. No sólo no obtendrá una respuesta clara sino que hará que se destapen nuevas preguntas.

Ya hace unas semanas que fui a ver esta obra y, aunque ahora no la tengo tan fresca, no me gustaría dejarla sin comentar, aunque sea brevemente.
Últimamente me suceden cosas curiosas con las obras que voy a ver o los libros que leo y con Mejorcita de lo mío me ha vuelto a ocurrir.
Fui a verla al día siguiente de ver Cuando fuimos dos en la misma sala. También habla sobre un drama, un drama -incluso una tragedia- tan grande como lo que es a vida. Sin embargo, a diferencia de la otra obra, afronta todos los temas SIEMPRE desde el humor. Y, como precisamente me dijo alguien al salir de ver la obra de Fernando J. López, estos temas tan duros hay que enfocarlos siempre desde el humor porque, si no, se pueden hacer intragables. En ese momento, lo rebatí y dije que no siempre, pero esta obra me ha hecho cambiar de opinión. Esta obra y una definición que dio un ponente en un curso sobre la comedia en lo audiovisual al que asistí justo después:

Comedia: verdad + dolor

Y es precisamente eso. Por este motivo, me gustaría aplaudir el trabajo de Pilar Gómez. Porque hace falta muchísima energía para enfrentarse sola ante un público y desnudarse -tanto metafórica como explícitamente- durante casi dos horas. Lo primero que me pregunté al acabar la función fue: ¿Y cómo resiste para hacer esto todos los días? Y entonces me enteré de que solo interpretaba este monólogo los domingos -UNA vez a la semana-. Y no me extraña nada.

En Mejorcita de lo mío, Pilar Gómez nos habla sobre un montón de temas que nos afectan a todos partiendo de la eterna pregunta: ¿Quién soy yo? Nos habla de sus dudas sobre su personalidad, del papel -y sobreprotección- de las madres, sobre el daño que estamos haciendo a la Tierra, sobre lo fea y maravillosa que es Huelva -su tierra-, sobre lo tontos que nos ponemos cuando estamos con alguien que nos gusta y lo hipócritas que llegamos a ser para tratar de estar de acuerdo con todo, y un largo etcétera. Incluso llega a declamar el monólogo famoso de la obra de Shakespeare: Hamlet.
Nos plantea que la vida es una constante elección, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos: ¿Me levanto con el pie derecho? ¿O con el izquierdo?
¿Me duño o me baño? ¿Desayuno té o café? ¿Tomo la tostada con mantequilla o con mermelada? ¿Me pongo falda o pantalón? ¿Camisa o jersey? ¿Zapatos o botas?
¿Ascensor o escaleras? ¿Autobús o metro?
...
...

Elegir un momento en especial de la obra sería complicadísimo porque toda ella fue maravillosa, pero me gustaría destacar ese momento en el que la música en la sala sube hasta límites insospechados, casi ensordecedores, mientras la actriz salta y baila, exhultante de alegría. Y también la casi media hora en la que la actriz permanece inmóvil con los brazos en alto mientras trata de convencer a su cuerpo de que se vuelva a mover.

Muy original es también el comienzo de la obra, en el que la actriz habla con el público contándole los nervios que tiene por actuar y se ridiculiza ante él, diciendo que va a salir a hablarle en bragas; que son cosas que surgieron en los ensayos y se quedaron así. Además, nos lee el santoral del día. En mi caso, el que leyó fue el de San Juan Bautista, por ser día 24 de junio.

Y la música... la música forma una parte importantísima de la función. Junto con la luz. Es una obra en la que nos recuerdan una y otra vez en un teatro y en la que el espectador no puede evitar introducirse una y otra vez en un mundo onírico. Porque es más sencillo pensar que estamos ante ficción que ante la cruda realidad, ¿no es cierto?

En conclusión, se trata de una obra para reflexionar, para admirar, pero sobre todo para reír. Para reírnos de nosotros mismos. Porque ahí radica el comprender las cosas. Si somos capaces de reírnos de nuestras desgracias, seremos capaces de vencerlas; de "comernos la pena con pan", como dice Pilar Gómez en su conversación. Una obra maestra.

Teatrómetro

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¿Dónde y cuándo se ha representado?

En la Sala Triángulo, todos los domingos a las 20:00h (Precio: 13€)




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1 comentario:

Imagina...

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